Un sólo centímetro cúbico cura diez sentimientos melancólicos.



Cuando estoy, cuando me voy, cuando me fui

A veces el camino se ilumina
se muestra tan claro
es fácil saber hacia donde ir
sea lo que sea
así deberá ser
de cualquier forma va a pasar
Querido destino: si no es para mi no me lo pongas en el camino.

¿Quién podría haberlo escrito mejor?

La tarea de ablandar el ladrillo todos los días, la tarea de abrirse paso entre la masa pegajosa que se proclama mundo, cada mañana topar con el paralelepípedo de nombre repugnante, con la satisfacción perruna de que todo esté en su sitio, la misma mujer al lado, los mismos zapatos, el mismo sabor de la misma pasta dentífrica, la misma tristeza de las casas de enfrente, del sucio tablero de ventanas de tiempo con su letrero "Hotel de Belgique".
Meter la cabeza como un toro desganado contra la masa transparente en cuyo centro tomamos café con leche y abrimos el diario para saber lo que ocurrió en cualquiera de los rincones del ladrillo de cristal. Negarse a que el acto delicado de girar el picaporte, ese acto por el cual todo podría transformarse, se cumpla con la fría eficacia de un reflejo cotidiano. Hasta luego, querida. Que te vaya bien.
Apretar una cucharita entre los dedos y sentir su latido de metal, su advertencia sospechosa. Cómo duele negar una cucharita, negar una puerta, negar todo lo que el hábito lame hasta darle suavidad satisfactoria. Tanto más simple aceptar la fácil solicitud de la cuchara, emplearla para revolver el café.
Y no que esté mal que las cosas nos encuentren otra vez cada día y son las mismas. Que a nuestro lado haya la misma mujer, el mismo reloj, y que la novela abierta sobre la mesa eche a andar otra vez en la bicicleta de nuestros anteojos, ¿por qué estaría mal? Pero como un toro triste hay que agachar la cabeza, del centro del ladrillo de cristal empujar hacia afuera, hacia lo otro tan cerca de nosotros, inasible como el picador tan cerca del toro. Castigarse los ojos mirando eso que anda por el cielo y acepta taimadamente su nombre de nube, su réplica catalogada en la memoria. No creas que el teléfono va a darte los números que buscas. ¿Por qué te los daría? Solamente vendrá lo que tienes preparado y resuelto, el triste reflejo de tu esperanza, ese mono que se rasca sobre una mesa y tiembla de frío. Rómpele la cabeza a ese mono, corre desde el centro hacia la pared y ábrete paso. ¡Oh, cómo cantan en el piso de arriba! Hay un piso de arriba en esta casa, con otras gentes. Hay un piso de arriba donde vive gente que no sospecha su piso de abajo, y estamos todos en el ladrillo de cristal. Y si de pronto una polilla se para al borde de un lápiz y late como un fuego ceniciento, mirala, yo la estoy mirando, estoy palpando su corazón pequeñísimo, y la oigo, esa polilla resuena en la pasta de cristal congelado, no todo está perdido. Cuando abra la puerta y me asome a la escalera, sabré que abajo empieza la calle; no el molde ya aceptado, no las casas ya sabidas, no el hotel de enfrente: la calle, la viva floresta donde cada instante puede arrojarse sobre mí como una magnolia, donde las caras van a nacer cuando las mire, cuando avance un poco más, cuando con los codos y las pestañas y las uñas me rompa minuciosamente contra la pasta del ladrillo de cristal, y juegue mi vida mientras avanzo paso a paso para ir a comprar el diario a la esquina.

Julio Cortázar

Pequeño dragón

El mundo es así,
va subiendo y bajando
y no deja de rodar.
Resuena cual cristal
que quebradizo es.
Por dentro está vacío.
Mucho brilla aquí,
y allí aún más.
Estoy lleno de vida.
Hijo de mi amor,
ten cuidado con él.
Al final morirás.
El mundo es de barro,

se pulverizará.

No sé cómo empezar...

-Hay cosas que no deberían cambiar, cosas que uno debería poder meter en una de esas vitrinas de cristal y dejarlas allí tranquilas.
-Y hay cosas que son como espinas que se te clavan en la piel. Y duelen muchísimo cuando te las sacas, y en el momento pensás que es mejor dejarlas ahí, tranquilas... pero una vez que te la arrancás y te das cuenta que un segundo de dolor valió la pena porque ya te sentís bien, empezás a entender muchas cosas.

Gracias :)
Mentirle a un muerto es como mentirte a vos mismo.

Perdida y con mucho tiempo

Yo sé que no puedo darte algo más que un par de promesas vacías que no cumpliré.
Lección para aprender. Anoten en sus casas. No esperes que llore, no esperes que mienta, no esperes que muera por vos. No sé. Tal vez es porque me siento un poco triste, o sola o porque es domingo. Mañana: nada voy a esperar de vos. Todos los días tristemente son iguales. Ya nunca he de morir de tristeza. Besame. Voy a pretender que eso es lo que quiero de vos.
¿De dónde saco la fortaleza?
¿Del sombrero?
Loco, ¿qué carajo!
Tal vez es por la lluvia.
O porque me siento triste y sola.
O porque inútilmente pienso en vos.
O tal vez sea porque la voz de tus ojos es más poderosa que mil huracanes.
El único momento que te extraño es cada día del resto de mi vida.

Acuarela

Destinada a vagar en soledad.
Una simple pregunta.
Con una respuesta que no dará felicidad.
¿Buscamos la libertad o la felicidad?
La ignorancia brinda felicidad.
El conocimiento, libertad.
Entonces sabemos realmente ¿qué carajo?
Hablamos todos los días hasta hartarnos,
Entonces ¿nos comunicamos?
Ya no te han de callar
Pero, ¿realmente decís algo?
Comemos sin satisfacción,
Insatisfacción crónica.
Nos miramos en silencio
sin saber
¿qué te expreso?
¿mi vacío?
En ese entonces nos damos cuenta que nada tiene sentido.
Creéme.
La soledad enseña cosas.
Que anestesiados con la tonta compañía.
No queremos admitir.

7 locos.

Odio no, porque nunca podemos odiar a las personas que sabemos son capaces de hacer exactamente las mismas canalladas que nosotros.

Aparentemente somos todo eso, pero en el fondo, adentro, más abajo de nuestra conciencia y de nuestros pensamientos hay otra vida más poderosa y enorme... y si soportamos todo eso es porque creemos que soportando o procediendo como lo hacemos llegaremos por fin hasta la verdad, es decir, a la verdad de nosotros mismos.

Tiene relieve, se mueve, parace que existe, que sufre y, sin embargo, no es nada más que una sombra. Y cuando me digo todas estas cosas no estoy triste, sino que el alma se me queda en silencio, la cabeza en vacío.

¡Ah!, y perder un sueño es casi como perder una fortuna.
¿Qué digo? Es peor. Hay que ser fuerte, es la única verdad.

Usted dirá que razono mi odio. Cómo no razonarlo. Si tengo la impresión de que vivo soñando. Hasta me doy cuenta de que hablo tanto para convencerme de que no estoy muerto, no por lo sucedido sino por el estado en que lo deja un hecho así. Es igual que la piel después de una quemadura. Se cura ¿pero vio usted cómo queda?, arrugada, tensa, seca, brillante. Así le queda el alma a uno. Y el brillo que a momentos se refleja le quema los ojos. Y las arrugas que tiene le repugnan. Usted sabe que lleva en su interior un monstruo que en cualquier momento se desatará y no sabe en qué dirección.

Y era inútil que desde allí intentara mover las manos para alcanzar el sol que estaba más arriba.

Con solo mirarme

me liberas anuque yo me haya cerrado como un puño
siempre abres
pétalo tras pétalo mi ser. Como la primavera abre con un toque
diestro y misterioso su primera rosa.
Ignoro tu destreza para cerrar y abrir
pero cierto es que algo me dice
que la voz de tus ojos
es más profunda que todas las rosas.
Nadie, ni siquiera la lluvia,
tiene manos tan pequeñas.
Otra flor en el bolsillo.

Los domingos no me doy cuerda

Pienso en vos más que nunca. Hoy está lloviendo. Los domingos de lluvia me siento confusa. Si llueve no puedo lavar la ropa y, en consecuencia, no puedo planchar. Tampoco puedo pasear, ni acostarme en la terraza. Lo único que puedo hacer es sentarme en la mesa y escuchar una vez tras otra Kind of Blue mientras miro distraídamente el patio bajo la lluvia. Los domingos no me doy cuerda.

Y...

que sepa servir el té, besarme después y echar a reir
Y que conozca las palabras que jamás le voy a decir.

Wicked Game. Chris Isaak

World was on fire and no one could save me but you.
Strange what desire make foolish people do.
I never dreamed that I'd meet somebody like you.
And I never dreamed that I knew somebody like you.

No, I don't wanna fall in love.
No, I don't wanna fall in love.
With you.
With you. (This world is only gonna break your heart)

What a wicked game to play, to make me feel this way.
What a wicked thing to do, to let me dream of you.
What a wicked thing to say, you never felt this way.
What a wicked thing to do, to make me dream of you.

And I don't wanna fall in love. (This world is only gonna break your heart)
No, I don't wanna fall in love. (This world is only gonna break your heart)
With you.

World was on fire and no one could save me but you.
Strange what desire make foolish people do.
I never dreamed that I'd love somebody like you.
And I never dreamed that I'd lose somebody like you.

No, I wanna fall in love. (This world is only gonna break your heart)
No, I wanna fall in love. (This world is only gonna break your heart)
With you. (This world is only gonna break your heart)
With you. (This world is only gonna break your heart)
No, I... (This world is only gonna break your heart)
(This world is only gonna break your heart)

Nobody loves no one.

Sabes, todo está tan en el aire...

Cualquier cosa que te dijera sería como un pedazo del dibujo de la alfombra.
Lo único que necesitaba saber era que sacrificarías cualquier cosa por mí, que darías todo por mí. ¡Qué estupidez! Ahora lo comprendo.
Jamás te hubiera pedido que lo hicieras realmente, que dejaras algo que es tan importante para vos. Me demostraste que no valgo nada, todo este tiempo. Yo sí hubiera dado todo por vos.
¡Qué desperdicio! No tengo dignidad ni amor propio.
Y aunque estemos destrozados no lo vamos a admitir
Pensaba que si tuviera la oportunidad de volver el tiempo atrás y hacer las cosas de otra manera, no sé, daría cualquier cosa por eso. Pero ahora estoy completamente segura de que no quiero esa posibilidad, ni servida en bandeja. No quiero todo eso de vuelta, no te quiero a vos otra vez. Tampoco quiero olvidarte, nunca. Si uno olvida todo, sepulta, degüella su memoria.
Eso me recuerda a cuando éramos libres...
Es mejor morirse de hambre que aceptar lo que no merecemos.

Llena de palabras mi locura

hay humo en tus ojos.

El hombre se diferencia del animal en que bebe sin sed y ama sin tiempo.

-¿Cómo podés estar rodeado de recuerdos y pretender que no pasa nada?
-Tal vez es la misma pregunta una y otra vez, acaso con la misma respuesta pero no...
-Si no muero ahora, ¿cómo voy a estar con vos? ¿cómo voy a velar tus sueños? ¿protegerte?
-Imposible de olvidar, pero difícil de recordar.
-Casi ninguna de las relaciones sexuales que tuve fue tan íntima como este beso.
-Si fuera pianista tocaría dentro de un ropero.
-Salí de mi cabeza. Ya!

El alma fuerte. El corazón muerto.

¡Qué! ¿No extiendes tu brazo y la levantas?
¡Qué! ¿No vuelcas tu rostro y la iluminas?
¡Qué! ¿No giras tus ojos y la salvas?

No, no has muerto. Renaces.

Siempre pensé que éramos lo que provocábamos en otras personas.
Tal vez todo lo que pasó fue producto de lo que vos provocabas en mí.
Tal vez no sea así con todos. Para bien o para mal. Las lágrimas se pierden en el agua.
Páginas arrancadas, no recuerdo haber hecho eso.
El tiempo lo cura todo.
¿Será verdad que el tiempo lo cura todo?
Tatuada en tu piel, está mi alma.
Tal vez yo esté terriblemente enferma o sea una completa estúpida, pero yo te llevé al paraíso.
Renacerás de mi piel.
Conociéndote es simplemente imposible. Si tan solo…
Te pido que esta sea una noche menos de tortura.

No rompas mi corazón y no voy a romper tus lentes



¿Qué tal si...
aceptamos que tenemos una relación disfunciónal y la toleramos
y aceptamos que peleamos mucho, que ya no tenemos sexo
pero que no queremos vivir el uno sin el otro
y de ese modo podemos vivir juntos,
miserablemente pero felices
porque no estamos
separados?




La voz casi de tu conciencia: (¿Y si bien no fuera suficiente?)

Felices los olvidadizos

¡Qué desperdicio haber pasado tanto tiempo con una persona para descubrir que es una extraña!



-Volví para jurar que iba intentar superar mi humillacion, creo.
-¿Fue algo que yo dije?
-Si… Dijiste: entonces vete..con tanto desdén..sabes...
-Oh, lo siento mucho.
-No importa…
-Joel?!…¿Y si te quedas esta vez?
-Ya salí por la puerta, no me queda ni un recuerdo..

-Vuelve y haz una despedida por lo menos… finjamos que tuvimos una. Adiós Joel...


¿Somos una de esas parejas aburridas por las que sentimos pena en los restaurantes? ¿Somos los muertos que comen?




Demasiados muchachos creen
que soy un concepto o que los
completo, o que los reanimaré.
Pero solo soy una chica con
problemas buscando paz espiritual.
No me encargues la tuya.

¡Cuan dichosa es la suerte de una inocente virgen! El mundo olvida, el mundo olvidado. ¡Eterno resplandor de una mente sin recuerdos! Cada orador que se acepta y cada deseo que se renuncia.

"Hablar todo el tiempo no es necesariamente comunicarse."
Adiós.
Fue agradable conocerte y el resto.


Tan cerca

Irremediablemente te guardo como el mejor secreto.
Quizás todo hubiera sido diferente
¿Por qué?
Ya no estás
Pero
Fue tan dulce tenerte dentro.
Debes saberlo...

Flaco

Si a tu corazon yo llego igual, todo siempre se podrá elegir.
No me escribas la pared, sólo quiero estar entre tu piel.
Y si acaso no brillara el sol, y quedara yo atrapado aquí,
no vería la razon en seguir viviendo sin tu amor...
y hoy que, enloquecido vuelvo buscando tu querer,
no queda más que viento... no queda mas que viento.
Y si acaso no brillara el sol, y quedara yo atrapado aquí,
no vería la razon de seguir viviendo sin tu amor...
Oh! y hoy que, enloquecido, vuelvo buscando tu querer,
no queda mas que viento, no! No queda mas que viento.
Y si acaso no brillara el sol y quedara yo atrapado aquí,
no vería la razón de seguir viviendo sin tu amor.

Tiempo de cerezas

Tus labios y tus pechos son un panal de angustia
y tu vientre maduro es un racimo de uvas colgado
del parrón colosal de la muerte. Como un perro
amarillo te siguen los otoños y, ceñida de dioses
fluviales y astronómicos, eres la eternidad en la gota
del espanto.

Todas la cosas van siguiendo mis pisadas, ladrando
desesperadas, y yo voy muerto andando.

Llegas desde la orilla de las congojas sumas
con la cara trizada de eternidad y cantos.
Sé que todos los barcos que emigran van a fondear
en tu corazón.

No hay vuelo que alce hasta ti las alas de mi ave

Alicia, ¿encontrarás el camino de regreso?
Perdida para siempre
en el espejo
¿serás capaz de reconocerte?
¿tendrás el coraje, después de tanto tiempo?

"ya no me encuentro en el espejo, creo que desaparecí"

me gustaría ver pero no tengo ojos, no los encuentro.
Y así es como Alicia chocó con la realidad, ciega, sus sueños perdió.
En cada palabra te voy dejando u n p o c o
y cada día m u e r o un poco más.

atardeceres

¿Rezar? ¿Dejar sencillamente fluir mi tristeza? No sé cuántas cosas se amontonaron en mi soledad, Pero eran cosas que un hombre jamás se confiesa. Centrando mi voluntad en la ejecución de los pequeños hechos, di vuelta a mi caballo y, lentamente, me fui para las casas. Me fui, como quien se desangra.

Nostalgia del pasado

Esperar... esperar-a-que-llueva, un tiempo largo, indefinido. Era el cielo, estaba en el cielo. Era la una de la madrugada. Sí, pero no creo que tú lo hicieras. Por más que esperé, no me llegó respuesta. Me ahogo en un grito. Debes saberlo.
este borde ambiguo donde podemos olvidarnos de ser felices o justos donde comienzan a devorarnos los ratones los dientes, el deseo los actos, el telón los rostros, JUSTO AQUÍ.
justo aquí claudica su esperanza otra tarde puntual donde fracasan las intenciones
festejemos la calma
de no haber dicho la verdad.

Dark Black Eyes

Pero qué suplicio,
qué suplicio el de esos ojos
que se rehúyen,
se buscan,
se separan,
se acosan,
se vigilan,
merodean,
espían,
languidecen,
se aduermen,
despiertan,
resucitan,
se estudian,
se exasperan,
se desafían,
chocan,
luchan,
se agreden,
sucumben,
piden perdón,
huyen y
vuelven a buscarse
para empezar otra vez.

El regalo de la lluvia (¿y la lluvia?)

Una bandada de pensamientos como pájaros hambrientos

Como duele ver a un hombre como tú
encerrado en una jaula.
Ahora que te quiero tengo
tanto que perder.
A veces el mundo es tan hermoso que duele.

Esperar
SIEMPRE
Esperar (Te)

No quiero dañarte. Ni lastimarte. Ni echarte a perder.
Era como tener el alma atravesada por un clavo, en el fondo de un mundo convertido en jalea, condenada a ahogarse por la eternidad.
Perder la mirada.
Perderla para siempre
y jamás volverla a ver.
Ayudame a encontrar mi lugar.
Despertame.
Sorprendeme.
Entreteneme.
Alejá de mi los pensamientos de la Muerte.
------------------------------------------------------------------------------------
poder decir y cantar lo que nadie quiere oir.
haber hablado nada con nadie.
me pregunto si alguna vez
seré capaz de matarte
por completo:
Así
Muchas veces me preguntaste si realmente sabía lo que quería.
Si ahora pudiera pedir un deseo y tener la completa seguridad de que se cumpliría sería jamás volverte a ver.

SÓLO ESO.

Solía sostener tu corazón para acariciarlo. Sé que te voy a extrañar si cierro los ojos.

El corazón es algo impredecible, misterioso. Acá me encuentro yo, como en el comienzo. De haber sabido que en algún momento esto iba a terminar así, como terminó, nunca le hubiera dado un comienzo. De hecho sé en el fondo, que sucedió lo que siempre temí, solo que no lo esperaba. Una gran desilusión, no solo tuya, me desilusionó el amor. Ya no creo en el amor, o más bien creo que existe y que como una llama, se extingue pronto para dar lugar al sufrimiento. Te amé de verdad. No puedo decir claramente si lo sigo haciendo, o al menos no quiero pensar en eso, es mejor reprimirlo momentáneamente hasta hallar tierras seguras. Quisiera que supieras todo lo que sentí, todo lo que pasé, todo lo que sufrí, todo lo que hubiese hecho por vos, todo lo que te amé, pero no alcanzó el tiempo para demostrarte todo eso, eso es lo que más me perturba. No quiero decir que te extraño, no sé si lo hago y si lo hago realmente no me gustaría que lo supieras. Me diste mucho más de lo que necesité por un tiempo. No me arrepiento de nada. Espero haberte dicho al menos unas cuántas cosas que desahogaron mi pobre corazón. Pero a la vez no sabes la falta que me hiciste, incluso cuando estabas conmigo pero no estabas. El corazón es tan complicado. Quisiera sentir que lo nuestro es eterno, pese a todo lo que pasó. Siempre vas a estar en mi corazón. Por un tiempo vos fuiste mi corazón, ahora sos una parte pero vas a permanecer siempre, y lo que un día le dio sentido a mi vida hoy va a formar parte de recuerdos, buenos y malos, las dos mitades necesariamente complementarias. Me duele no haberte conocido mejor, saber si lloras o si estás mal, para poder consolarte, pero eso ya no importa. En lo más profundo de mi ser, siempre supe quién sos de verdad, pude ver el tatuaje en tu frente, en tu corazón. Desearía haber podido expresártelo, pero mi sucia mirada no es capaz de transmitir cosas puras. Hay cosas que te dije, cosas que no, cosas que no te importaron, pero ahora es momento de decir adiós, desde mi corazón… en el que vas a tener un lugar, “para siempre”.


El tiempo -que poco a poco se desvanecía- envolvió su radio en una sábana.
Quien sabe por qué.
Todos somos tan distintos.

I'd like to fly but my wings have been so denied.

XXXVI

Fue una espera interminable. No sé cuánto tiempo pasó en los relojes, de este tiempo anónimo y universal de los relojes, que es ajeno a nuestros sentimientos, a nuestros destinos, a la formación o al derrumbe de un amor, a la espera de una muerte. Pero de mi propio tiempo fue una cantidad inmensa y complicada, lleno de cosas y vueltas atrás, un río oscuro y tumultuoso a veces, y a veces extrañamente calmo y casi mar inmóvil y perpetuo donde María y yo estábamos frente a frente contemplándonos estáticamente, y otras veces volvía a ser río y nos arrastraba como en un sueño a tiempos de infancia y yo la veía correr desenfrenadamente en su caballo, con los cabellos al viento y los ojos alucinados, y yo me veía en mi pueblo del sur, en mi pieza de enfermo, con la cara pegada al vidrio de la ventana, mirando la nieve con ojos también alucinados. Y era como si los dos hubiéramos estado viviendo en pasadizos o túneles paralelos, sin saber que íbamos el uno al lado del otro, como almas semejantes en tiempos semejantes, para encontrarnos al fin de esos pasadizos, delante de una escena pintada por mí como clave destinada a ella sola, como un secreto anuncio de que ya estaba yo allí y que los pasadizos se habían por fín unido y que la hora del encuentro había llegado.
¡La hora del encuentro había llegado! Pero ¿realmente los pasadizos se habían unido y nuestras almas se habían comunicado? ¡Qué estúpida ilusión mía había sido todo esto! No, los pasadizos seguían paralelos como antes, aunque ahora el muro que los separaba fuera como un muro de vidrio y yo pudiera verla a María como una figura silenciosa e intocable... No, ni siquiera ese muro era siempre así: a veces volvía a ser piedra negra y entonces yo no sabía qué pasaba del otro lado, qué era de ella en esos intervalos anónimos, qué extraños sucesos acontecían; y hasta pensaba que en esos momentos su rostro cambiaba y que una mueca de burla lo deformaba y que quizá había risas cruzadas con otro y que toda la historia de los pasadizos era una rídicula invención o creencia mía y que en todo caso había un solo túnel, oscuro y solitario: el mío, el túnel en que había transcurrido mi infancia, mi juventud, toda mi vida.
Y en uno de esos trozos transparentes del muro de piedra yo había visto a esta muchacha y había creído ingenuamente que venía por otro túnel paralelo al mío, cuando en realidad pertenecía al ancho mundo, al mundo sin límites de los que no viven en túneles; y quizá se había acercado por curiosidad a una de mis extrañas ventanas y había entrevisto el espectáculo de mi insalvable soledad, o le había intrigado el lenguaje mudo, la clave de mi cuadro. Y entonces, mientras yo avanzaba siempre por mi pasadizo ella vivía afuera, esa vida curiosa y absurda en que hay bailes y fiestas y alegría y frivolidad. Y a veces sucedía que cuando yo pasaba frente a una de mis ventanas ella estaba esperándome muda y ansiosa (¿por qué esperándome? ¿y por qué muda y ansiosa?); pero a veces sucedía que ella no llegaba a tiempo o se olvidaba de este pobre ser encajonado, y entonces yo, con la cara apretada conta el muro de vidrio, la veía a lo lejos sonreír o bailar despreocupadamente o, lo que era peor, no la veía en absoluto y la imaginaba en lugares inaccesibles o torpes. Y entonces sentía que mi destino era infinitamente más solitario que lo que había imaginado.

El Jugador. Dostoievsky

-Habla usted con máximas. Supone solamente que no sé como mostrar mi dignidad. Que, aun cuando sea un hombre digno, no sé comportarme con dignidad. ¿Cree usted que esto puede ser? Pero todos los rusos son así, ¿y sabe usted por qué? Porque los rusos están dotados demasiado rica y diversamente para encontrar en seguida una forma que les convenga. Aquí lo que importa es la forma. Nosotros los rusos estamos, por lo común, tan ricamente dotados, que nos falta genio para encontrar una forma conveniente. Y con frecuencia carecemos de genio, porque el genio, por lo general, es muy raro. En los franceses, y acaso también en algunos otros europeos, la forma está tan bien determinada, que se pueden tener actitudes extremadamente dignas aun siendo el hombre más indigno del mundo. He aquí por qué la forma tiene tanta importancia para ellos. El francés soporta sin parpadear una ofensa, una ofensa profunda, verdadera, pero no soportará un pellizco en la nariz, porque significa una derogación de los convencionalismos admitidos y de la forma tradicional. Si los franceses tienen tanto éxito como nuestras muchachas es porque tienen buenas formas. En cuanto a mí, por lo demás, no veo en ello forma alguna, sino un gallo, le coq gaulois. Sin embargo, no puedo comprender esto: no soy mujer. Quizá los gallos tengan algo bueno. Pero estoy diciendo tonterías y usted no me detiene. Deténgame con más frecuencia. Cuando hablo con usted, tengo deseos de decir todo lo que se me ocurre, todo, todo. Pierdo toda clase de formas. Reconozco incluso que no solamente no tengo formas, sino que estoy desprovisto de todo mérito. Lo confieso. Ni siquiera me preocupa ningún mérito. Ahora todo se ha inmovilizado en mí. Usted sabe la causa. No tengo en la cabeza ni una sola idea. Hace mucho tiempo que no sé lo que pasa en el mundo, ni en Rusia, ni aquí. Vea usted: he pasado por Dresde y he olvidado a qué se parece esa ciudad. Usted sabe perfectamente qué era lo que me absorbía. Como no tengo ninguna esperanza y no significo nada para usted, le hablo con toda franqueza: solamente veo a usted en todas partes y lo demás me tiene sin cuidado. Por qué y cómo la quiero, no lo sé. ¿No sabe usted que acaso no tenga nada de hermosa? ¿Puede imaginarse que ni siquiera sé si es usted bella o no, ni siquiera de rostro? Seguramente su corazón es malo, y muy verosímilmente su alma carece de nobleza.
-¿Acaso porque no cree usted en mi nobleza piensa comprarme con dinero?
-¿Cuando he pensado comprarla?- pregunté.
-Se ofusca y pierde el hilo. Si no a mí, espera comprar mi consideración.
-No, no es exactamente eso. Le he dicho que me era difícil explicarme. Usted me abruma. No tome a mal mi charla. Comprende usted muy bien por qué no es posible enojarse conmigo: sencillamente, estoy loco. Además esto no me importa, enójese si quiere. Arriba, en mi cuarto, me baste recordar o imaginar el roce de sus ropas para estar dispuesto a morderme los dedos. ¿Por qué se enfada usted conmigo? ¿Porque me declaro su esclavo? ¡Aprovéchese, aprovéchese de mi esclavitud! ¿Sabe usted que un día la mataré? No por celos, ni porque haya dejado de quererla, no. La mataré simplemente porque hace días que tengo deseos de devorarla. Ríase...
- No me río en absoluto -dijo ella, furiosa-. Le ordeno que se calle.
Se detuvo sofocando su cólera. Dios es testigo de que no sé si es bonita o no, pero me gusta mirarla cuando se detiene así ante mí; por eso me gusta provocar su cólera. Quizás ella lo había advertido y se enojaba intencionadamente. Se lo dije.
-¡Qué infamia! -exclamó con repugnancia.
-Me tiene sin cuidado - repliqué-. Sepa que es peligroso que nos paseemos juntos: a veces siento el deseo irresistible de pegarle, de desfigurarla, de estrangularla. ¿Cree usted que no llegaré a tanto? Me saca usted de quicio. ¿Supone que temo el escándalo? ¿Su cólera? ¡Me río de su cólera! La amo sin esperanza y sé que después de esto la amaré mil veces más. Si la mato un día, será preciso que me mate también. Pues bien, me mataré lo más tarde posible, para experimentar sin usted este sufrimiento intolerable. Sepa usted una cosa increíble: la amo cada día más, y, sin embargo, es casi imposible. ¡Y quiere usted que no sea fatalista! Recuérdelo: anteayer, en el Schlangenberg, le dije en voz baja cuando me provocó usted: "Diga una palabra y me arrojo por el precipicio." Si usted hubiese dicho la palabra, habría saltado. Lo cree, ¿verdad?
-¡Qué charla tan estúpida! -exclamó.
-¡Me importa un bledo que sea estúpida o no! -dije-. Sé que cuando usted está adelante necesito hablar, hablar, hablar..., y hablo. En su presencia pierdo todo amor propio y todo me tiene sin cuidado.
-¿Por qué tenía que obligarle a arrojarse desde lo alto del Schlangenberg? -me dijo secamente con un tono particularmente ofensivo-. Era completamente inútil.
-¡Admirable! -exclamé-. Ha empleado usted ese admirable "inútil" con el propósito de abrumarme. La veo como es. ¿Inútil, dice? Pero el placer es siempre útil, y de un poder absoluto, sin límites, aunque sea sobre una mosca, es también una especie de goce. El homber es déspota por naturaleza: le gusta hacer sufrir. A usted le gusta esto por encima de todo.
Recuerdo que me examinaba con una atención particular. Sin duda mi rostro expresaba entonces todas la sensaciones absurdas y extravagantes que yo experimentaba. Recuerdo ahora que nuestra conversación se desarrolló casi exactamente en los términos que traslado aquí. Mis ojos estaban inyectado en sangre. La espuma subía a mis labios. Y por lo que se refiere al Schlangenberg, juro por mi honor, hasta en este momento, que si me hubiese ordenado que me arrojara abajo, lo habría hecho. Incluso si lo hubiera dicho por broma, con desprecio y escupiéndome, también me habría arrojado.



Brave New World

Encantadora, encantadora.


¡Estupendo! Ni hecho a propósito.


Los libros y ruidos fuertes, flores y descargas eléctricas; en la mente de aquellos niños ambas cosas se hallaban ya fuertemente relacionadas entre sí; y al cabo de doscientas repeticiones de la misma o parecida lección formarían ya una unión insoluble. Lo que el hombre ha unido, la Naturaleza no puede separarlo.


El – Nilo – es – el – río – más – largo – de – África – y – el – segundo – en – longitud – de – todos – los - ríos – del – Globo…


Los ojos aparecen vacíos de expresión.


Silencio, silencio.

“…terriblemente inteligentes –estaba diciendo la voz suave, insinuante e incansable.


La mente que juzga, que desea, que decide…


Una expresión de asombrosa incredulidad apareció en el rostro de sus oyentes.


Terribles…


“La Historia es una patraña… una patraña.”

Hizo un ademán con la mano, y fue como si con un visible plumero hubiese quitado un poco el polvo; el polvo era Harappa, era Ur de Caldea; y algunas telarañas, y las telarañas eran Tebas y Babilonia, y Cnosos y Micenas. Otro movimiento de plumero y desaparecieron Ulises, Job, Júpiter, Gautama y Jesús. Otro plumerazo, y fueron aniquiladas aquellas viejas motas de suciedad que se llamaron Atenas, Roma, Jerusalén y el Celeste Imperio. Otro, y el lugar donde había estado Italia quedó desierto. Otro, y desaparecieron las catedrales. Otro, Otro y afuera con el Rey Lear y los Pensamientos de Pascal. Otro, ¡Basta de Pasión! Otro, ¡basta de Réquiem! Otro, y ¡basta de Sinfonía!; otro plumerazo y…


…todo el mundo pertenece a todo el mundo…


Los estudiantes volvieron a asentir, con énfasis, aprobando una afirmación que sesenta y dos mil repeticiones en la oscuridad les habían obligado a aceptar, no sólo como cierta sino como axiomática, evidente, absolutamente indiscutible.


La locura es contagiosa.


Amor mío, mi único amor, preciosa, preciosa…”


Estabillidad.


Sí, todo el mundo le pertenece a todo el mundo

- ¡Afortunados muchachos! –dijo el Interventor.- No se ahorraron esfuerzos para hacer que sus vidas fuesen emocionalmente fáciles, para preservarles, en la medida de lo posible de toda emoción.

- Y un tipo llamado Shakespeare. Claro que ustedes no han oído hablar jamás de estas cosas. Había también una cosa llamada Dios. Había otra cosa llamada Cielo; sin embargo solían beber enormes cantidades de alcohol. Había una cosa llamada “alma” y otra llamada “inmortalidad”. Pero solían tomar morfina y cocaína. En la Antigüedad, los viejos solían renunciar, retirarse, entregarse a la religión, pasarse el tiempo leyendo, pensando¡Pensando!


En la rojiza oscuridad centelleaban innumerables rubíes.


UN SOLO CENTÍMETRO CÚBICO CURA DIEZ SENTIMIENTOS MELANCÓLICOS.


“El mejor de los descansos es el sueño; y tu a menudo lo buscas; sin embargo temes torpemente la muerte, que es la misma cosa.”

El albatros ~ Charles Baudelaire


Por diversión, a veces, los marineros cazan
algún albatros, grandes pájaros de los mares,
que siguen, indolentes compañeros de viaje,
al barco que navega sobre abismos amargos.

Ni bien los dejan sobre las planchas de cubierta,
esos reyes del cielo, torpes y avergonzados,
arrastran, lastimosos, sus grandes alas blancas
al costado del cuerpo, como si fueran remos.

¡Ese viajero alado, qué tosco ahora, y qué enclenque!
¡Tan bello hace un instante, qué feo y qué ridículo!
Para burlarse, uno le da a fumar en pipa;
otro, haciéndose el rengo, imita al que volaba.

El poeta es semejante al señor de las nubes,
que vive en la tormenta y se ríe del arquero;
exiliado en el suelo, abucheado por todos,
sus alas de gigante le impiden caminar.
Hey I'd like to daze away to a

Place like no one has known

In a state of mind I could call mine

That only I could own

Where I could hum a tune anytime

I choose, and then there is no such thing as time

Where I feel no pain just calm and sane

What a place for one to find...

haushinka - Green Day

Haushinka is a girl with a peculiar name.
I met her on the eve of my birthday.
Did she know, did she know, before she went away, does she know?
But it's too damn late

This girl has gone far away.
Now she's gone.

All I have now is a memory to date.
A cheap hat and cigarettes, and a peculiar name.
I didn't know, I didn't know, before she went away.
I know now, I know now, and it's too damn late.

Will she ever find her way?
I'm too damn young to be too late, but am I?
Yet again I'm kicking myself, and I'll be here in battle scars, waiting for you.
Waiting for you now.


GRITAME
hasta que
me
sangren los oídos,

estoy prestando atención


SÓLO

por

vos.


A la intemperie,
se va infiltrando el viento
hasta mi alma.

De nada sirve - Moris

De nada sirve escaparse de uno mismo.
De nada sirve escaparse de uno mismo.
Veinte horas al cine pueden ir
y fumar hasta morir.
Con mil mujeres pueden salir;
a los amigos los pueden llamar.
De nada sirve...
No se dan cuenta que de nada sirve
tocar la batería, seguir la acería,
no, de nada sirve.
¿De qué le sirven las heladeras
y lavarropas, televisores
y coches nuevos y relaciones
y amistades y posiciones?
Si están podridos y aburridos
de este mundo que esta podrido...
No, de nada sirve.
Los que van a la oficina dicen que todo sirve.
Los que hacen música, creen que lo más importante
de nada sirve.
si uno lo usa para la soledad interna
que siempre nos corre, que siempre nos corre.
Cuando están solo, están bien solitos;
ya no hay guitarras ni amplificadores.
Están solos en la cama y empiezan a mirar el techo;
empiezan a mirar el techo y en el techo no hay nada.
Hay solamente un techo.
¿Que pueden hacer? Es muy tarde,
son las tres de la mañana.
Los bares están cerrados, las mujeres duermen,
los cines también están cerrados,
la guitarra no se puede tocar,
sino el vecino se va a despertar.
¿Qué puedo hacer? ¿Qué puedo hacer?
Estoy solo y muy aburrido
¿Qué puedo hacer? ¿Qué es mi vida?
¿Qué es este mundo? ¿Qué soy yo?
Me voy a volver loco, no sé qué hacer...
En ese momentito se dan cuenta
que todo es una estupidez.
Cuando van de veraneo y bailan shake
con sus movimientos centroamericanos,
sensualidad fabricada,
tratan de levantar mujeres.
Pero están vacíos y están muy podridos.
Volvemos a la cama, que es un gran lugar
para dormir o también para fifar.
Cuando lo consiguen, en este mundo es difícil,
está reglamentado...
Muerden la almohada de desesperación.
No saben qué hacer con sus vidas,
ya todo fracasó.
Han masticado chicles, han comido chocolates,
han leido Radiolandia, han llamado a sus amigos,
han salido con mil mujeres, han grabado treinta mil discos,
han sido famosos, han firmado autógrafos,
han comido hasta reventar, han fumado hasta acabar.
¿Y qué queda?
No queda, no queda, nada queda, nada queda.
Hay una cosa que sirve,
que sirve a esta humanidad,
y es darse cuenta que nada sirve
si uno lo usa para escaparse de uno mismo.
Amigo, te doy un consejo aunque yo consejos no doy:
trata de hacer la prueba de parar las maquinitas,
las maqinitas que llevas dentro de tí
y fijate qué es lo que pasa
cuando te agarra la soledad y te agarra el hastío.
No escuches discos de Bob Dylan, o de Los Beatles,
o de los Rollings Stones o de Mick Jagger.
Mucho silencio, mucho pensar, mucho meditar.
Nada de evasión y pensar
¿Qué es lo que pasa conmigo?
Si soy inteligente y también soy intelectual...
Soy bastante inteligente pero estoy muy aburrido.
¿Qué es lo que pasa conmigo?
Yo aún no me lo puedo explicar,
por favor que alguien me lo diga.
No puedo salir de mí, estoy muy encerrado
en mi prisión de carne y hueso.
No puedo salir, no puedo salir.
Me voy a morir dentro de mí.
Antes de morir yo quiero salir,
ver las estrellas, el mar, me quiero ahogar
y quiero salir, quiero vivir, me quiero ir
por favor, de mí.
¿Qué puedo hacer? No hay nada que hacer.
Tenés que vivir, tenés que sufrir,
tenés que sentir, tenés que amar,
te tenés que arriesgar, te tenés que jugar,
no podés tener seguridad, no podés tener
ninguna propiedead, te tenés que jugar,
tenés que jugarte, tenés que salir
a que te rompan la cara, que te maten, que te pisen.
Tenés que querer a cualquiera,
tenés que odiar a cualquiera.
Ay, ¿qué puedo hacer? Estoy solo
y todos pasan a mi lado. Nadie me mira
o si me mira es para encerrarme.
Estoy muy encerrado.
De nada sirve escaparse de uno mismo.

21-09



Talking destroys the effects of love.
LOVE isn't soft, like those poets say. Love has teeth which bite and the wounds never close. No word can close those love-bites. In fact, if the wounds dry up, the words will stop too.

Hablar destruye los efectos del AMOR. El amor no es apacible, como dicen esos poetas. El amor tiene dientes que muerden y las heridas nunca cierran. Ninguna palabra puede cerrar las heridas del amor. De hecho, si las heridas se secan, las palabra también se detendrán.


Sos un genio Stephen, Feliz cumpleaños!

El libro de la memoria, VOL II

Durante los tres días que estuvo en Amsterdam se sintió completamente desorientado. El plano de la ciudad es circular (una serie de círculos concéntricos divididos por canales, salpicados por cientos de pequeños puentes, y conectados unos con otros de forma interminable), por lo cual uno no puede simplemente "seguir" una calle como en otras ciudades. Para ir a un sitio determinado, primero hay que saber exactamente cómo se llega allí. Al ser extranjero, A. no lo sabía y además sentía cierta reticencia a consultar el mapa. Llovió durante los tres días de su visita y él se pasó todo ese tiempo dando vueltas en círculos. A. advirtió que en comparación con Nueva York (o Nueva Amsterdam, como se complacía en llamarla tras su regreso), Amsterdam era una ciudad pequeña, cuyas calles sin duda podría memorizar en unos diez días. Pero incluso en el caso de que se desorientara, ¿no podía consultar a cualquier transeúnte? En teoría sí, pero lo cierto es que se sentía incapaz de hacerlo. Los desconocidos no le asustaban, ni tampoco le faltaban ganas de hablar. Era algo más sutil: dudaba en hablar inglés a los holandeses. En Amsterdam casi todo el mundo habla un inglés excelente, pero esa facilidad de comunicación lo intranquilizaba, como si pudiera despojar a la ciudad de su carácter de extranjera. No porque él buscara exotismo, sino porque le parecía que el lugar dejaba de ser el mismo, como si por el mero hecho de hablar inglés los holandeses negaran su propia identidad. Si hubiese estado seguro de que nadie le comprendía, no habría dudado en parar a cualquier extraño y hablarle en inglés, esforzándose por hacerse entender con palabras, gestos, muecas, etc. Pero tal como estaban las cosas, se sentía incapaz de privar a los holandeses de su identidad, a pesar de que ya hacía mucho tiempo que ellos mismos lo habían consentido. Por lo tanto no habló con nadie, anduvo sin rumbo, caminó en círculos y no hizo nada para evitar perderse. Más tarde se daría cuenta de que en más de una ocasión se había encontrado a pocos pasos de su destino, pero al no saber dónde girar, había caminado en la dirección opuesta, alejándose cada vez más del sitio adonde quería ir. Pensó que tal vez estuviera dando vueltas alrededor de los círculos del infierno, que la ciudad podría haber sido diseñada como modelo de ese otro mundo subterráneo, un modelo basado en la representación clásica de aquel lugar. Luego recordó que algunos especialistas del siglo dieciséis (por ejemplo, Cosme Roselli en su Thesaurus Artificiosae Memoriae, Venecia, 1579) habían usado diagramas del infierno para representar los sistemas de la memoria. Y entonces advirtió que si Amsterdam era el infierno y el infierno era la memoria, tal vez tuviera sentido que se perdiera. Lejos de cualquier cosa que pudiera resultarle familiar, incapaz de descubrir ni siquiera un solo punto de referencia, descubrió que sus pasos, al no llevarlo a ninguna parte, lo conducían hacia el interior de sí mismo. Estaba haciendo un viaje interior, y se encontraba perdido, pero lejos de preocuparlo, esta idea se convirtió en fuente de felicidad y alborozo. Trató de imbuirse por entero de esta idea, como si tras acercarse a un conocimiento previamente secreto, pudiera llegarle hasta lo más profundo del alma; y entonces se dijo a sí mismo, con un tono casi triunfante: Estoy perdido.

Carpe Diem

Aprovecha el día, no dejes que termine sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber alimentado tus sueños.

No te dejes vencer por el desaliento.

No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, que es casi un deber.

No abandones tus ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.

No dejes de creer que las palabras y las poesías sí pueden cambiar al mundo.

Porque, pase lo que pase, nuestra esencia está intacta.

Somos seres humanos llenos de pasión.

La vida es desierto y es oasis; nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia.

Aunque el viento sopla en contra, la poderosa obra continúa. Tú puedes aportar una estrofa.

No dejes nunca de soñar, porque sólo en sueños puede ser libre el hombre.

No caigas en el peor de los errores, el silencio. La mayoría vive en un silencio espantoso.

No te resignes. Huye.

"¿Emito mi alarido por los techos de este mundo?" dice el poeta.

Valora la belleza de las cosas simples, se puede hacer poesía bella sobre las pequeñas cosas.

No traiciones tus creencias. Todos necesitamos aceptación, pero no podemos remar en contra de nosotros mismos. Eso transforma la vida en un infierno.

Disfruta el pánico que provoca tener la vida por delante. Vívela intensamente, sin mediocridades.

Piensa que en ti está el futuro, y encara la tarea con orgullo y sin miedo.

Aprende de quienes pueden enseñarte. Las experiencias de quienes nos precedieron, de nuestros ¿poetas muertos?, te ayudan a caminar por la vida.

La sociedad de hoy somos nosotros, los ¿poetas vivos? No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas.
Oh, amor, seamos sinceros
El uno con el otro. Por el mundo que parece
Extenderse ante nosotros como una tierra de ensueños,
Tan diversa, tan bella, tan nueva,
Sin tener en realidad ni alegría, ni amor, ni luz,
Ni certidumbre, ni sosiego, ni ayuda en el dolor;
Y aquí estamos nosotros como en lóbrega llanura,
Agitados por confusos temores de lucha y de huida,
Donde ignorantes ejércitos se enfrentan cada noche.












El Cuervo ~ Edgar Allan Poe

Una vez, al filo de una lúgubre media noche,
mientras débil y cansado, en tristes reflexiones embebido,
inclinado sobre un viejo y raro libro de olvidada ciencia,
cabeceando, casi dormido,
oyóse de súbito un leve golpe,
como si suavemente tocaran,
tocaran a la puerta de mi cuarto.
“Es —dije musitando— un visitante
tocando quedo a la puerta de mi cuarto.
Eso es todo, y nada más.”

¡Ah! aquel lúcido recuerdo
de un gélido diciembre;
espectros de brasas moribundas
reflejadas en el suelo;
angustia del deseo del nuevo día;
en vano encareciendo a mis libros
dieran tregua a mi dolor.
Dolor por la pérdida de Leonora, la única,
virgen radiante, Leonora por los ángeles llamada.
Aquí ya sin nombre, para siempre.

Y el crujir triste, vago, escalofriante
de la seda de las cortinas rojas
llenábame de fantásticos terrores
jamás antes sentidos. Y ahora aquí, en pie,
acallando el latido de mi corazón,
vuelvo a repetir:
“Es un visitante a la puerta de mi cuarto
queriendo entrar. Algún visitante
que a deshora a mi cuarto quiere entrar.
Eso es todo, y nada más.”

Ahora, mi ánimo cobraba bríos,
y ya sin titubeos:
“Señor —dije— o señora, en verdad vuestro perdón
imploro,
mas el caso es que, adormilado
cuando vinisteis a tocar quedamente,
tan quedo vinisteis a llamar,
a llamar a la puerta de mi cuarto,
que apenas pude creer que os oía.”
Y entonces abrí de par en par la puerta:
Oscuridad, y nada más.

Escrutando hondo en aquella negrura
permanecí largo rato, atónito, temeroso,
dudando, soñando sueños que ningún mortal
se haya atrevido jamás a soñar.
Mas en el silencio insondable la quietud callaba,
y la única palabra ahí proferida
era el balbuceo de un nombre: “¿Leonora?”
Lo pronuncié en un susurro, y el eco
lo devolvió en un murmullo: “¡Leonora!”
Apenas esto fue, y nada más.

Vuelto a mi cuarto, mi alma toda,
toda mi alma abrasándose dentro de mí,
no tardé en oír de nuevo tocar con mayor fuerza.
“Ciertamente —me dije—, ciertamente
algo sucede en la reja de mi ventana.
Dejad, pues, que vea lo que sucede allí,
y así penetrar pueda en el misterio.
Dejad que a mi corazón llegue un momento el silencio,
y así penetrar pueda en el misterio.”
¡Es el viento, y nada más!

De un golpe abrí la puerta,
y con suave batir de alas, entró
un majestuoso cuervo
de los santos días idos.
Sin asomos de reverencia,
ni un instante quedo;
y con aires de gran señor o de gran dama
fue a posarse en el busto de Palas,
sobre el dintel de mi puerta.
Posado, inmóvil, y nada más.

Entonces, este pájaro de ébano
cambió mis tristes fantasías en una sonrisa
con el grave y severo decoro
del aspecto de que se revestía.
“Aun con tu cresta cercenada y mocha —le dije—,
no serás un cobarde,
hórrido cuervo vetusto y amenazador.
Evadido de la ribera nocturna.
¡Dime cuál es tu nombre en la ribera de la Noche Plutónica!”
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”

Cuánto me asombró que pájaro tan desgarbado
pudiera hablar tan claramente;
aunque poco significaba su respuesta.
Poco pertinente era. Pues no podemos
sino concordar en que ningún ser humano
ha sido antes bendecido con la visión de un pájaro
posado sobre el dintel de su puerta,
pájaro o bestia, posado en el busto esculpido
de Palas en el dintel de su puerta
con semejante nombre: “Nunca más.”

Mas el Cuervo, posado solitario en el sereno busto.
las palabras pronunció, como virtiendo
su alma sólo en esas palabras.
Nada más dijo entonces;
no movió ni una pluma.
Y entonces yo me dije, apenas murmurando:
“Otros amigos se han ido antes;
mañana él también me dejará,
como me abandonaron mis esperanzas.”
Y entonces dijo el pájaro: “Nunca más.”

Sobrecogido al romper el silencio
tan idóneas palabras,
“sin duda —pensé—, sin duda lo que dice
es todo lo que sabe, su solo repertorio, aprendido
de un amo infortunado a quien desastre impío
persiguió, acosó sin dar tregua
hasta que su cantinela sólo tuvo un sentido,
hasta que las endechas de su esperanza
llevaron sólo esa carga melancólica
de ‘Nunca, nunca más’.”

Mas el Cuervo arrancó todavía
de mis tristes fantasías una sonrisa;
acerqué un mullido asiento
frente al pájaro, el busto y la puerta;
y entonces, hundiéndome en el terciopelo,
empecé a enlazar una fantasía con otra,
pensando en lo que este ominoso pájaro de antaño,
lo que este torvo, desgarbado, hórrido,
flaco y ominoso pájaro de antaño
quería decir granzando: “Nunca más.”

En esto cavilaba, sentado, sin pronunciar palabra,
frente al ave cuyos ojos, como-tizones encendidos,
quemaban hasta el fondo de mi pecho.
Esto y más, sentado, adivinaba,
con la cabeza reclinada
en el aterciopelado forro del cojín
acariciado por la luz de la lámpara;
en el forro de terciopelo violeta
acariciado por la luz de la lámpara
¡que ella no oprimiría, ¡ay!, nunca más!

Entonces me pareció que el aire
se tornaba más denso, perfumado
por invisible incensario mecido por serafines
cuyas pisadas tintineaban en el piso alfombrado.
“¡Miserable —dije—, tu Dios te ha concedido,
por estos ángeles te ha otorgado una tregua,
tregua de nepente de tus recuerdos de Leonora!
¡Apura, oh, apura este dulce nepente
y olvida a tu ausente Leonora!”
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”

“¡Profeta!” —exclamé—, ¡cosa diabolica!
¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio
enviado por el Tentador, o arrojado
por la tempestad a este refugio desolado e impávido,
a esta desértica tierra encantada,
a este hogar hechizado por el horror!
Profeta, dime, en verdad te lo imploro,
¿hay, dime, hay bálsamo en Galaad?
¡Dime, dime, te imploro!”
Y el cuervo dijo: “Nunca más.”

“¡Profeta! —exclamé—, ¡cosa diabólica!
¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio!
¡Por ese cielo que se curva sobre nuestras cabezas,
ese Dios que adoramos tú y yo,
dile a esta alma abrumada de penas si en el remoto Edén
tendrá en sus brazos a una santa doncella
llamada por los ángeles Leonora,
tendrá en sus brazos a una rara y radiante virgen
llamada por los ángeles Leonora!”
Y el cuervo dijo: “Nunca más.”

“¡Sea esa palabra nuestra señal de partida
pájaro o espíritu maligno! —le grité presuntuoso.
¡Vuelve a la tempestad, a la ribera de la Noche Plutónica.
No dejes pluma negra alguna, prenda de la mentira
que profirió tu espíritu!
Deja mi soledad intacta.
Abandona el busto del dintel de mi puerta.
Aparta tu pico de mi corazón
y tu figura del dintel de mi puerta.
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”

Y el Cuervo nunca emprendió el vuelo.
Aún sigue posado, aún sigue posado
en el pálido busto de Palas.
en el dintel de la puerta de mi cuarto.
Y sus ojos tienen la apariencia
de los de un demonio que está soñando.
Y la luz de la lámpara que sobre él se derrama
tiende en el suelo su sombra. Y mi alma,
del fondo de esa sombra que flota sobre el suelo,
no podrá liberarse. ¡Nunca más!