Un sólo centímetro cúbico cura diez sentimientos melancólicos.





Brave New World

Encantadora, encantadora.


¡Estupendo! Ni hecho a propósito.


Los libros y ruidos fuertes, flores y descargas eléctricas; en la mente de aquellos niños ambas cosas se hallaban ya fuertemente relacionadas entre sí; y al cabo de doscientas repeticiones de la misma o parecida lección formarían ya una unión insoluble. Lo que el hombre ha unido, la Naturaleza no puede separarlo.


El – Nilo – es – el – río – más – largo – de – África – y – el – segundo – en – longitud – de – todos – los - ríos – del – Globo…


Los ojos aparecen vacíos de expresión.


Silencio, silencio.

“…terriblemente inteligentes –estaba diciendo la voz suave, insinuante e incansable.


La mente que juzga, que desea, que decide…


Una expresión de asombrosa incredulidad apareció en el rostro de sus oyentes.


Terribles…


“La Historia es una patraña… una patraña.”

Hizo un ademán con la mano, y fue como si con un visible plumero hubiese quitado un poco el polvo; el polvo era Harappa, era Ur de Caldea; y algunas telarañas, y las telarañas eran Tebas y Babilonia, y Cnosos y Micenas. Otro movimiento de plumero y desaparecieron Ulises, Job, Júpiter, Gautama y Jesús. Otro plumerazo, y fueron aniquiladas aquellas viejas motas de suciedad que se llamaron Atenas, Roma, Jerusalén y el Celeste Imperio. Otro, y el lugar donde había estado Italia quedó desierto. Otro, y desaparecieron las catedrales. Otro, Otro y afuera con el Rey Lear y los Pensamientos de Pascal. Otro, ¡Basta de Pasión! Otro, ¡basta de Réquiem! Otro, y ¡basta de Sinfonía!; otro plumerazo y…


…todo el mundo pertenece a todo el mundo…


Los estudiantes volvieron a asentir, con énfasis, aprobando una afirmación que sesenta y dos mil repeticiones en la oscuridad les habían obligado a aceptar, no sólo como cierta sino como axiomática, evidente, absolutamente indiscutible.


La locura es contagiosa.


Amor mío, mi único amor, preciosa, preciosa…”


Estabillidad.


Sí, todo el mundo le pertenece a todo el mundo

- ¡Afortunados muchachos! –dijo el Interventor.- No se ahorraron esfuerzos para hacer que sus vidas fuesen emocionalmente fáciles, para preservarles, en la medida de lo posible de toda emoción.

- Y un tipo llamado Shakespeare. Claro que ustedes no han oído hablar jamás de estas cosas. Había también una cosa llamada Dios. Había otra cosa llamada Cielo; sin embargo solían beber enormes cantidades de alcohol. Había una cosa llamada “alma” y otra llamada “inmortalidad”. Pero solían tomar morfina y cocaína. En la Antigüedad, los viejos solían renunciar, retirarse, entregarse a la religión, pasarse el tiempo leyendo, pensando¡Pensando!


En la rojiza oscuridad centelleaban innumerables rubíes.


UN SOLO CENTÍMETRO CÚBICO CURA DIEZ SENTIMIENTOS MELANCÓLICOS.


“El mejor de los descansos es el sueño; y tu a menudo lo buscas; sin embargo temes torpemente la muerte, que es la misma cosa.”

El albatros ~ Charles Baudelaire


Por diversión, a veces, los marineros cazan
algún albatros, grandes pájaros de los mares,
que siguen, indolentes compañeros de viaje,
al barco que navega sobre abismos amargos.

Ni bien los dejan sobre las planchas de cubierta,
esos reyes del cielo, torpes y avergonzados,
arrastran, lastimosos, sus grandes alas blancas
al costado del cuerpo, como si fueran remos.

¡Ese viajero alado, qué tosco ahora, y qué enclenque!
¡Tan bello hace un instante, qué feo y qué ridículo!
Para burlarse, uno le da a fumar en pipa;
otro, haciéndose el rengo, imita al que volaba.

El poeta es semejante al señor de las nubes,
que vive en la tormenta y se ríe del arquero;
exiliado en el suelo, abucheado por todos,
sus alas de gigante le impiden caminar.
Hey I'd like to daze away to a

Place like no one has known

In a state of mind I could call mine

That only I could own

Where I could hum a tune anytime

I choose, and then there is no such thing as time

Where I feel no pain just calm and sane

What a place for one to find...

haushinka - Green Day

Haushinka is a girl with a peculiar name.
I met her on the eve of my birthday.
Did she know, did she know, before she went away, does she know?
But it's too damn late

This girl has gone far away.
Now she's gone.

All I have now is a memory to date.
A cheap hat and cigarettes, and a peculiar name.
I didn't know, I didn't know, before she went away.
I know now, I know now, and it's too damn late.

Will she ever find her way?
I'm too damn young to be too late, but am I?
Yet again I'm kicking myself, and I'll be here in battle scars, waiting for you.
Waiting for you now.


GRITAME
hasta que
me
sangren los oídos,

estoy prestando atención


SÓLO

por

vos.


A la intemperie,
se va infiltrando el viento
hasta mi alma.

De nada sirve - Moris

De nada sirve escaparse de uno mismo.
De nada sirve escaparse de uno mismo.
Veinte horas al cine pueden ir
y fumar hasta morir.
Con mil mujeres pueden salir;
a los amigos los pueden llamar.
De nada sirve...
No se dan cuenta que de nada sirve
tocar la batería, seguir la acería,
no, de nada sirve.
¿De qué le sirven las heladeras
y lavarropas, televisores
y coches nuevos y relaciones
y amistades y posiciones?
Si están podridos y aburridos
de este mundo que esta podrido...
No, de nada sirve.
Los que van a la oficina dicen que todo sirve.
Los que hacen música, creen que lo más importante
de nada sirve.
si uno lo usa para la soledad interna
que siempre nos corre, que siempre nos corre.
Cuando están solo, están bien solitos;
ya no hay guitarras ni amplificadores.
Están solos en la cama y empiezan a mirar el techo;
empiezan a mirar el techo y en el techo no hay nada.
Hay solamente un techo.
¿Que pueden hacer? Es muy tarde,
son las tres de la mañana.
Los bares están cerrados, las mujeres duermen,
los cines también están cerrados,
la guitarra no se puede tocar,
sino el vecino se va a despertar.
¿Qué puedo hacer? ¿Qué puedo hacer?
Estoy solo y muy aburrido
¿Qué puedo hacer? ¿Qué es mi vida?
¿Qué es este mundo? ¿Qué soy yo?
Me voy a volver loco, no sé qué hacer...
En ese momentito se dan cuenta
que todo es una estupidez.
Cuando van de veraneo y bailan shake
con sus movimientos centroamericanos,
sensualidad fabricada,
tratan de levantar mujeres.
Pero están vacíos y están muy podridos.
Volvemos a la cama, que es un gran lugar
para dormir o también para fifar.
Cuando lo consiguen, en este mundo es difícil,
está reglamentado...
Muerden la almohada de desesperación.
No saben qué hacer con sus vidas,
ya todo fracasó.
Han masticado chicles, han comido chocolates,
han leido Radiolandia, han llamado a sus amigos,
han salido con mil mujeres, han grabado treinta mil discos,
han sido famosos, han firmado autógrafos,
han comido hasta reventar, han fumado hasta acabar.
¿Y qué queda?
No queda, no queda, nada queda, nada queda.
Hay una cosa que sirve,
que sirve a esta humanidad,
y es darse cuenta que nada sirve
si uno lo usa para escaparse de uno mismo.
Amigo, te doy un consejo aunque yo consejos no doy:
trata de hacer la prueba de parar las maquinitas,
las maqinitas que llevas dentro de tí
y fijate qué es lo que pasa
cuando te agarra la soledad y te agarra el hastío.
No escuches discos de Bob Dylan, o de Los Beatles,
o de los Rollings Stones o de Mick Jagger.
Mucho silencio, mucho pensar, mucho meditar.
Nada de evasión y pensar
¿Qué es lo que pasa conmigo?
Si soy inteligente y también soy intelectual...
Soy bastante inteligente pero estoy muy aburrido.
¿Qué es lo que pasa conmigo?
Yo aún no me lo puedo explicar,
por favor que alguien me lo diga.
No puedo salir de mí, estoy muy encerrado
en mi prisión de carne y hueso.
No puedo salir, no puedo salir.
Me voy a morir dentro de mí.
Antes de morir yo quiero salir,
ver las estrellas, el mar, me quiero ahogar
y quiero salir, quiero vivir, me quiero ir
por favor, de mí.
¿Qué puedo hacer? No hay nada que hacer.
Tenés que vivir, tenés que sufrir,
tenés que sentir, tenés que amar,
te tenés que arriesgar, te tenés que jugar,
no podés tener seguridad, no podés tener
ninguna propiedead, te tenés que jugar,
tenés que jugarte, tenés que salir
a que te rompan la cara, que te maten, que te pisen.
Tenés que querer a cualquiera,
tenés que odiar a cualquiera.
Ay, ¿qué puedo hacer? Estoy solo
y todos pasan a mi lado. Nadie me mira
o si me mira es para encerrarme.
Estoy muy encerrado.
De nada sirve escaparse de uno mismo.

21-09



Talking destroys the effects of love.
LOVE isn't soft, like those poets say. Love has teeth which bite and the wounds never close. No word can close those love-bites. In fact, if the wounds dry up, the words will stop too.

Hablar destruye los efectos del AMOR. El amor no es apacible, como dicen esos poetas. El amor tiene dientes que muerden y las heridas nunca cierran. Ninguna palabra puede cerrar las heridas del amor. De hecho, si las heridas se secan, las palabra también se detendrán.


Sos un genio Stephen, Feliz cumpleaños!

El libro de la memoria, VOL II

Durante los tres días que estuvo en Amsterdam se sintió completamente desorientado. El plano de la ciudad es circular (una serie de círculos concéntricos divididos por canales, salpicados por cientos de pequeños puentes, y conectados unos con otros de forma interminable), por lo cual uno no puede simplemente "seguir" una calle como en otras ciudades. Para ir a un sitio determinado, primero hay que saber exactamente cómo se llega allí. Al ser extranjero, A. no lo sabía y además sentía cierta reticencia a consultar el mapa. Llovió durante los tres días de su visita y él se pasó todo ese tiempo dando vueltas en círculos. A. advirtió que en comparación con Nueva York (o Nueva Amsterdam, como se complacía en llamarla tras su regreso), Amsterdam era una ciudad pequeña, cuyas calles sin duda podría memorizar en unos diez días. Pero incluso en el caso de que se desorientara, ¿no podía consultar a cualquier transeúnte? En teoría sí, pero lo cierto es que se sentía incapaz de hacerlo. Los desconocidos no le asustaban, ni tampoco le faltaban ganas de hablar. Era algo más sutil: dudaba en hablar inglés a los holandeses. En Amsterdam casi todo el mundo habla un inglés excelente, pero esa facilidad de comunicación lo intranquilizaba, como si pudiera despojar a la ciudad de su carácter de extranjera. No porque él buscara exotismo, sino porque le parecía que el lugar dejaba de ser el mismo, como si por el mero hecho de hablar inglés los holandeses negaran su propia identidad. Si hubiese estado seguro de que nadie le comprendía, no habría dudado en parar a cualquier extraño y hablarle en inglés, esforzándose por hacerse entender con palabras, gestos, muecas, etc. Pero tal como estaban las cosas, se sentía incapaz de privar a los holandeses de su identidad, a pesar de que ya hacía mucho tiempo que ellos mismos lo habían consentido. Por lo tanto no habló con nadie, anduvo sin rumbo, caminó en círculos y no hizo nada para evitar perderse. Más tarde se daría cuenta de que en más de una ocasión se había encontrado a pocos pasos de su destino, pero al no saber dónde girar, había caminado en la dirección opuesta, alejándose cada vez más del sitio adonde quería ir. Pensó que tal vez estuviera dando vueltas alrededor de los círculos del infierno, que la ciudad podría haber sido diseñada como modelo de ese otro mundo subterráneo, un modelo basado en la representación clásica de aquel lugar. Luego recordó que algunos especialistas del siglo dieciséis (por ejemplo, Cosme Roselli en su Thesaurus Artificiosae Memoriae, Venecia, 1579) habían usado diagramas del infierno para representar los sistemas de la memoria. Y entonces advirtió que si Amsterdam era el infierno y el infierno era la memoria, tal vez tuviera sentido que se perdiera. Lejos de cualquier cosa que pudiera resultarle familiar, incapaz de descubrir ni siquiera un solo punto de referencia, descubrió que sus pasos, al no llevarlo a ninguna parte, lo conducían hacia el interior de sí mismo. Estaba haciendo un viaje interior, y se encontraba perdido, pero lejos de preocuparlo, esta idea se convirtió en fuente de felicidad y alborozo. Trató de imbuirse por entero de esta idea, como si tras acercarse a un conocimiento previamente secreto, pudiera llegarle hasta lo más profundo del alma; y entonces se dijo a sí mismo, con un tono casi triunfante: Estoy perdido.

Carpe Diem

Aprovecha el día, no dejes que termine sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber alimentado tus sueños.

No te dejes vencer por el desaliento.

No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, que es casi un deber.

No abandones tus ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.

No dejes de creer que las palabras y las poesías sí pueden cambiar al mundo.

Porque, pase lo que pase, nuestra esencia está intacta.

Somos seres humanos llenos de pasión.

La vida es desierto y es oasis; nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia.

Aunque el viento sopla en contra, la poderosa obra continúa. Tú puedes aportar una estrofa.

No dejes nunca de soñar, porque sólo en sueños puede ser libre el hombre.

No caigas en el peor de los errores, el silencio. La mayoría vive en un silencio espantoso.

No te resignes. Huye.

"¿Emito mi alarido por los techos de este mundo?" dice el poeta.

Valora la belleza de las cosas simples, se puede hacer poesía bella sobre las pequeñas cosas.

No traiciones tus creencias. Todos necesitamos aceptación, pero no podemos remar en contra de nosotros mismos. Eso transforma la vida en un infierno.

Disfruta el pánico que provoca tener la vida por delante. Vívela intensamente, sin mediocridades.

Piensa que en ti está el futuro, y encara la tarea con orgullo y sin miedo.

Aprende de quienes pueden enseñarte. Las experiencias de quienes nos precedieron, de nuestros ¿poetas muertos?, te ayudan a caminar por la vida.

La sociedad de hoy somos nosotros, los ¿poetas vivos? No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas.
Oh, amor, seamos sinceros
El uno con el otro. Por el mundo que parece
Extenderse ante nosotros como una tierra de ensueños,
Tan diversa, tan bella, tan nueva,
Sin tener en realidad ni alegría, ni amor, ni luz,
Ni certidumbre, ni sosiego, ni ayuda en el dolor;
Y aquí estamos nosotros como en lóbrega llanura,
Agitados por confusos temores de lucha y de huida,
Donde ignorantes ejércitos se enfrentan cada noche.












El Cuervo ~ Edgar Allan Poe

Una vez, al filo de una lúgubre media noche,
mientras débil y cansado, en tristes reflexiones embebido,
inclinado sobre un viejo y raro libro de olvidada ciencia,
cabeceando, casi dormido,
oyóse de súbito un leve golpe,
como si suavemente tocaran,
tocaran a la puerta de mi cuarto.
“Es —dije musitando— un visitante
tocando quedo a la puerta de mi cuarto.
Eso es todo, y nada más.”

¡Ah! aquel lúcido recuerdo
de un gélido diciembre;
espectros de brasas moribundas
reflejadas en el suelo;
angustia del deseo del nuevo día;
en vano encareciendo a mis libros
dieran tregua a mi dolor.
Dolor por la pérdida de Leonora, la única,
virgen radiante, Leonora por los ángeles llamada.
Aquí ya sin nombre, para siempre.

Y el crujir triste, vago, escalofriante
de la seda de las cortinas rojas
llenábame de fantásticos terrores
jamás antes sentidos. Y ahora aquí, en pie,
acallando el latido de mi corazón,
vuelvo a repetir:
“Es un visitante a la puerta de mi cuarto
queriendo entrar. Algún visitante
que a deshora a mi cuarto quiere entrar.
Eso es todo, y nada más.”

Ahora, mi ánimo cobraba bríos,
y ya sin titubeos:
“Señor —dije— o señora, en verdad vuestro perdón
imploro,
mas el caso es que, adormilado
cuando vinisteis a tocar quedamente,
tan quedo vinisteis a llamar,
a llamar a la puerta de mi cuarto,
que apenas pude creer que os oía.”
Y entonces abrí de par en par la puerta:
Oscuridad, y nada más.

Escrutando hondo en aquella negrura
permanecí largo rato, atónito, temeroso,
dudando, soñando sueños que ningún mortal
se haya atrevido jamás a soñar.
Mas en el silencio insondable la quietud callaba,
y la única palabra ahí proferida
era el balbuceo de un nombre: “¿Leonora?”
Lo pronuncié en un susurro, y el eco
lo devolvió en un murmullo: “¡Leonora!”
Apenas esto fue, y nada más.

Vuelto a mi cuarto, mi alma toda,
toda mi alma abrasándose dentro de mí,
no tardé en oír de nuevo tocar con mayor fuerza.
“Ciertamente —me dije—, ciertamente
algo sucede en la reja de mi ventana.
Dejad, pues, que vea lo que sucede allí,
y así penetrar pueda en el misterio.
Dejad que a mi corazón llegue un momento el silencio,
y así penetrar pueda en el misterio.”
¡Es el viento, y nada más!

De un golpe abrí la puerta,
y con suave batir de alas, entró
un majestuoso cuervo
de los santos días idos.
Sin asomos de reverencia,
ni un instante quedo;
y con aires de gran señor o de gran dama
fue a posarse en el busto de Palas,
sobre el dintel de mi puerta.
Posado, inmóvil, y nada más.

Entonces, este pájaro de ébano
cambió mis tristes fantasías en una sonrisa
con el grave y severo decoro
del aspecto de que se revestía.
“Aun con tu cresta cercenada y mocha —le dije—,
no serás un cobarde,
hórrido cuervo vetusto y amenazador.
Evadido de la ribera nocturna.
¡Dime cuál es tu nombre en la ribera de la Noche Plutónica!”
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”

Cuánto me asombró que pájaro tan desgarbado
pudiera hablar tan claramente;
aunque poco significaba su respuesta.
Poco pertinente era. Pues no podemos
sino concordar en que ningún ser humano
ha sido antes bendecido con la visión de un pájaro
posado sobre el dintel de su puerta,
pájaro o bestia, posado en el busto esculpido
de Palas en el dintel de su puerta
con semejante nombre: “Nunca más.”

Mas el Cuervo, posado solitario en el sereno busto.
las palabras pronunció, como virtiendo
su alma sólo en esas palabras.
Nada más dijo entonces;
no movió ni una pluma.
Y entonces yo me dije, apenas murmurando:
“Otros amigos se han ido antes;
mañana él también me dejará,
como me abandonaron mis esperanzas.”
Y entonces dijo el pájaro: “Nunca más.”

Sobrecogido al romper el silencio
tan idóneas palabras,
“sin duda —pensé—, sin duda lo que dice
es todo lo que sabe, su solo repertorio, aprendido
de un amo infortunado a quien desastre impío
persiguió, acosó sin dar tregua
hasta que su cantinela sólo tuvo un sentido,
hasta que las endechas de su esperanza
llevaron sólo esa carga melancólica
de ‘Nunca, nunca más’.”

Mas el Cuervo arrancó todavía
de mis tristes fantasías una sonrisa;
acerqué un mullido asiento
frente al pájaro, el busto y la puerta;
y entonces, hundiéndome en el terciopelo,
empecé a enlazar una fantasía con otra,
pensando en lo que este ominoso pájaro de antaño,
lo que este torvo, desgarbado, hórrido,
flaco y ominoso pájaro de antaño
quería decir granzando: “Nunca más.”

En esto cavilaba, sentado, sin pronunciar palabra,
frente al ave cuyos ojos, como-tizones encendidos,
quemaban hasta el fondo de mi pecho.
Esto y más, sentado, adivinaba,
con la cabeza reclinada
en el aterciopelado forro del cojín
acariciado por la luz de la lámpara;
en el forro de terciopelo violeta
acariciado por la luz de la lámpara
¡que ella no oprimiría, ¡ay!, nunca más!

Entonces me pareció que el aire
se tornaba más denso, perfumado
por invisible incensario mecido por serafines
cuyas pisadas tintineaban en el piso alfombrado.
“¡Miserable —dije—, tu Dios te ha concedido,
por estos ángeles te ha otorgado una tregua,
tregua de nepente de tus recuerdos de Leonora!
¡Apura, oh, apura este dulce nepente
y olvida a tu ausente Leonora!”
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”

“¡Profeta!” —exclamé—, ¡cosa diabolica!
¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio
enviado por el Tentador, o arrojado
por la tempestad a este refugio desolado e impávido,
a esta desértica tierra encantada,
a este hogar hechizado por el horror!
Profeta, dime, en verdad te lo imploro,
¿hay, dime, hay bálsamo en Galaad?
¡Dime, dime, te imploro!”
Y el cuervo dijo: “Nunca más.”

“¡Profeta! —exclamé—, ¡cosa diabólica!
¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio!
¡Por ese cielo que se curva sobre nuestras cabezas,
ese Dios que adoramos tú y yo,
dile a esta alma abrumada de penas si en el remoto Edén
tendrá en sus brazos a una santa doncella
llamada por los ángeles Leonora,
tendrá en sus brazos a una rara y radiante virgen
llamada por los ángeles Leonora!”
Y el cuervo dijo: “Nunca más.”

“¡Sea esa palabra nuestra señal de partida
pájaro o espíritu maligno! —le grité presuntuoso.
¡Vuelve a la tempestad, a la ribera de la Noche Plutónica.
No dejes pluma negra alguna, prenda de la mentira
que profirió tu espíritu!
Deja mi soledad intacta.
Abandona el busto del dintel de mi puerta.
Aparta tu pico de mi corazón
y tu figura del dintel de mi puerta.
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”

Y el Cuervo nunca emprendió el vuelo.
Aún sigue posado, aún sigue posado
en el pálido busto de Palas.
en el dintel de la puerta de mi cuarto.
Y sus ojos tienen la apariencia
de los de un demonio que está soñando.
Y la luz de la lámpara que sobre él se derrama
tiende en el suelo su sombra. Y mi alma,
del fondo de esa sombra que flota sobre el suelo,
no podrá liberarse. ¡Nunca más!

Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos.

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y comenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida para mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Sabía que estaba otra vez de su lado, que no se había ahogado, que él la estaba sosteniendo a flor de agua y en el fondoera una lástima. Los dos se sintieron en el mismo instante, y resbalaron el uno hacia el otro como para caer en ellos mismos, en la tierra común de las palabras y las caricias y las bocas los envolvían como la circunferencia al círculo, esas metáforas tranquilizadoras, esa vieja tristeza satisfecha de volver a ser el de siempre, de continuar, de mantenerse a flote contra el viento y marea, contra el llamado y la caída.

Y así es como los que nos iluminan son los ciegos. Así es cómo alguien, sin saberlo, llega a mostarte irrefutable un camino que por su parte sería incapaz de seguir.

Me miras de cerca, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respiando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios...Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber silultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.

Que a cada sucesiva derrota hay una acercamiento a la mutación final, y que el hombre no es sino que busca ser, proyecta ser, manoteando entre palabras y conducta y alegría salpicada de sangre y otras retóricas como esta.

Orbitas aisladas, de cuando en cuando dos manos que se estrechan, una charla de cinco minutos, un día en las carreras, una noche en la ópera, un velorio donde todos se sienten un poco más unidos (...) Cómo nos odiamos todos, sin saber que el cariño es la forma presente de ese odio, y cómo la razón de ese odio profundo es esta excentración, es espacio insalvable entre yo y vos, entre esto y aquello.


Esta noche al oído me has dicho dos palabras
comunes. Dos palabras cansadas
de ser dichas. Palabras
que de viejas son nuevas

Dos palabras tan dulces, que la luna que andaba
filtrando entre las ramas
se detuvo en mi boca. Tan dulces dos palabras
que una hormiga pasea por mi cuello y no intento
moverme para echarla.

Tan dulces dos palabras
que digo sin quererlo: -¡oh, qué bella, la vida!-
Tan dulces y tan mansas
que aceites olorosos sobre el cuerpo derraman

Tan dulces y tan bellas
que nerviosos, mis dedos,
se mueven hacia el cielo imitando tijeras.
Oh, mis dedos, quisieran
cortar estrellas.

El hombercito vestido de gris

Había una vez un hombre que siempre iba vestido de gris.

Tenía un traje gris,

tenía un sombrero gris,

tenía una corbata gris y un bigotito gris.

El hombrecito vestido de gris hacía

cada día las mismas cosas.

Se levantaba al son del despertador.

Al son de las radio, hacía un poco de gimnasia.

Tomaba una ducha, que siempre estaba bastante fría,

tomaba el desayuno que siempre estaba bastante caliente,

tomaba el autobús, que siempre estaba bastante lleno,

Y leía el periódico que siempre decía las mismas cosas.

Y, todos los días, a la misma hora,

se sentaba en su mesa de la oficina.

A la misma hora.

Ni un minuto más, ni un minuto menos.

Todos los días, igual.

El despertador tenía cada mañana el mismo zumbido.

Y esto le anunciaba que el día que amanecía era

exactamente igual que el anterior.

Por eso, nuestro hombrecito del traje gris,

tenía también la mirada de color gris.

Pero nuestro hombre era gris sólo por fuera.

Hacia adentro… ¡un verdadero arco iris!

El hombrecito soñaba con ser cantante de ópera.

Famoso.

Entonces, llevaría trajes de color rojo, azul, amarillo… trajes brillantes y luminosos.

Cuando pensaba en aquellos cosas,

el hombrecito se emocionaba.

Se le hinchaba el pelo de notas musicales,

parecía que le iba a estallar.

Tenía que correr a la terraza y…

-¡Laaa-lala la la la laaa…!

El canto que llenaba sus pulmones volaba hasta las nubes.

Pero nadie comprendía a nuestro hombre.

Nadie apreciaba

su arte.

Los vecinos que regaban las plantas,

como sin darse cuenta,

Le echaban una rociada con la regadera.

Y el hombrecito vestido de gris entraba en su casa,

calado hasta los huesos.

Algún tiempo después las cosas se complicaron más.

Fue una mañana de primavera.

Las flores se despertaban en los rosales.

Las golondrinas tejían en el aire

Maravillosas telas invisibles.

Por las ventanas abiertas se colaba

Un olor a jardín recién regado.

De pronto, el hombrecito vestido de gris comenzó a cantar:

-¡Granaaaadaa…!

En la oficina.

Se produjo un silencio terrible.

Las maquinas de escribir se enmudecieron.

Y don Perfecto, el Jefe de Planta,

le llamó a su despacho con gesto amenazador.

Y, después de gritarle de todo, terminó diciendo:

-¡Ya lo sabe! Si vuelve a repetirse, lo echaré a la calle.

Días más tarde, en una cafetería, sucedió otro tanto.

El dueño, con cara de malas pulgas, le señaló

un letrero que decía:



Y lo echó amenazándole con llamar a un guardia.

Nuestro hombre pensó y pensó.

¡No podía perder su empleo!

Tampoco quería andar por el mundo expuesto a

que lo echaran

de todas partes,

Y, al fin, se le ocurrió una brillante idea.

Al día siguiente, fingió tener un fuerte dolor de muelas.

Se sujetó la mandíbula con un pañuelo

y fue a su trabajo.

Así no podía cantar.

¡Aunque quisiera!

Y día tras día, año tras año, estuvo nuestro hombrecito,

con su pañuelo atado,

Fingiendo un eterno dolor de muelas.


La historia termina así.

Así de mal. Así de triste.

La vida pone, a veces, finales

tristes a las historias.

pero a muchas personas

no les gusta leer finales

tristes; para ellos hemos

inventado un final feliz…


Pero, nuestro pobre hombrecito,

merecía que le dieran una

oportunidad.

Así que…

Cierto día, conoció a un director de orquesta.

Y éste quiso oírle cantar.

El hombrecito, muy contento, pero con un poco de miedo,

salió al campo con el director

de orquesta.

Y allí, rodeado de flores y de pájaros,

nuestro hombrecito se quitó el pañuelo

y cantó mejor que nunca.

El director de orquesta

estaba tan entusiasmado

que lo contrató para inaugurar la

temporada del Teatro de la Opera.

Y la noche de su presentación,

que se anunció en todos los periódicos,

don Perfecto, el Jefe de Planta,

los vecinos que le habían regado,

el dueño de la cafetería

y todos los que le había perseguido

con sus risas,

hicieron cola y compraron entradas

para oírle cantar.

Y asistieron al triunfo del hombrecito.

Y el hombrecito quemó todos sus trajes

y corbatas de color gris.

Tiró por la ventana el despertador.

Se afeitó el bigotito de color gris

y nunca, NUNCA MÁS, volvió a tener

la mirada de color gris.


¿Fin?



No rain - Blind Melon



Todo lo que puedo decir es que mi vida es bastante sencilla
Me gusta mirar los charcos que juntan la lluvia
Y lo único que puedo hacer es preparar un té para dos
Y expresar mi punto de vista, pero esto no es sensato, esto no es sensato.
Solo quiero que alguien me diga
"Siempre estaré ahí cuando despiertes"
Y sabes que me gustaría mantener mis mejillas secas hoy
Así que quédate conmigo para poder hacerlo
Y no entiendo por qué duermo todo el día
Y comienzo a quejarme de que aquí no llueve
Y todo lo que puedo hacer es leer un libro para mantenerme despierto
Esto rasga mi vida sin cesar, pero es un gran escape... escape... escape...escape...
Todo lo puedo decir es que mi vida es bastante sencilla
No te gusta mi punto de vista
Y piensas que soy insensato
Esto no es sensato... esto no es sensato
Solo quiero que alguien me diga
"Siempre estaré ahí cuando despiertes"
Ya sabes que me gustaría mantener mis mejillas secas hoy
Así que quédate conmigo para poder hacerlo.