En algún lugar debe haber un basural donde están amontonadas las explicaciones...
Un sólo centímetro cúbico cura diez sentimientos melancólicos.
La única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo. La gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas.
Antes de amarte, amor, nada era mío,
vacilé por las calles y las cosas,
Nada contaba ni tenía nombre,
El mundo era del aire que esperaba.
Yo conocí salones cenicientos,
Túneles habitados por la luna,
Hangares crueles que se despedían,
Preguntas que insistían en la arena.
Todo estaba vacío, muerto y mudo,
Caído, abandonado y decaído,
Todo era inalienablemente ajeno.
Todo era de los otros y de nadie,
Hasta que tu belleza y tu pobreza
Llenaron el otoño de regalos.
vacilé por las calles y las cosas,
Nada contaba ni tenía nombre,
El mundo era del aire que esperaba.
Yo conocí salones cenicientos,
Túneles habitados por la luna,
Hangares crueles que se despedían,
Preguntas que insistían en la arena.
Todo estaba vacío, muerto y mudo,
Caído, abandonado y decaído,
Todo era inalienablemente ajeno.
Todo era de los otros y de nadie,
Hasta que tu belleza y tu pobreza
Llenaron el otoño de regalos.
Buen día, día de sol
estoy lista para verte
Y apenas me acuerdo que estoy lista
aquí en mi celda
mi destino es cruel
Apenas veo cruzar algún pájaro
no, no, no
sin embargo, mi ventana de adentro
mira hacia afuera
Algún sueño tiene que servir
para zafar de aquí
no, no, no
buen día inútilmente despejado
yo no sirvo para amar
Buen día, día de sol
estoy listo para verte
ansío solo poder apartarme de mi cuerpo
y salir del valle interior
Un nuevo día, tal vez
me vea lejos del mundo
y en la distancia surcaré
mi destino inminente.
Ella por Oliverio Girondo
Es una intensísima corriente
un relámpago ser de lecho
una dona mórbida ola
un reflujo zumbo de anestesia
una rompiente ente florescente
una voraz contráctil prensil corola entreabierta
y su rocío afrodisíaco
y su carnalesencia
natal
letal
alveolo beodo de violo
es la sed de ella ella y sus vertientes lentas entremuertes que
estrellan y disgregan
aunque Dios sea su vientre
pero también es la crisálida de una inalada larva de la nada
una libélula de médula
una oruga lúbrica desnuda sólo nutrida de frotes
un chupochupo súcubo molusco
que gota a gota agota boca a boca
la mucho mucho gozo
la muy total sofoco
la toda ¡shock! tras ¡shock!
la íntegra colapso
es un hermoso síncope con foso
un ¡cross! de amor pantera al plexo trópico
un ¡knock out! técnico dichoso
si no un compuesto terrestre de líbido edén infierno
el sedimento aglutinante de un precipitado de labios
el obsesivo residuo de una solución insoluble
un mecanismo radioanímico
un terno bípedo bullente
un ¡robot! hembra electroerótico con su emisora de delirio
y espasmos lírico-dramáticos
aunque tal vez sea un espejismo
un paradigma
un eromito
una apariencia de la ausencia
una entelequia inexistente
las trenzas náyades de Ofelia
o sólo un trozo ultraporoso de realidad indubitable
una despótica materia
el paraíso hecho carne
una perdiz a la crema.
Amarla es difícil de Francisco Urondo
Es buena, cuando duerme;
el calor de su cuerpo es un puñal de vidrio
que remonta los sueños.
el calor de su cuerpo es un puñal de vidrio
Cuando calla, es buena
y su voz una premonición olvidada y peligrosa
que arruina el silencio.
y su voz una premonición olvidada y peligrosa
que arruina el silencio.
Cuando grita o llora
o se lamenta o se divierte o se cansa,
nada puede contener
este dolor alegre que envenena
mis sueños y mi soledad.
Por eso es difícil pensar
en ella, en su cara bondadosa;
abandonarse; por eso
es una cobardía retenerla
y dejarla ir, una pavorosa crueldad.
A veces, cuando lo pienso,
no se qué hacer con ella,
o se lamenta o se divierte o se cansa,
nada puede contener
este dolor alegre que envenena
mis sueños y mi soledad.
Por eso es difícil pensar
en ella, en su cara bondadosa;
abandonarse; por eso
es una cobardía retenerla
y dejarla ir, una pavorosa crueldad.
A veces, cuando lo pienso,
no se qué hacer con ella,
con este destino luminoso.
Los Amantes de Julio Cortázar.
¿Quién los ve andar por la ciudad
si todos están ciegos ?
Ellos se toman de la mano: algo habla
entre sus dedos, lenguas dulces
lamen la húmeda palma, corren por las falanges,
y arriba está la noche llena de ojos.
si todos están ciegos ?
Ellos se toman de la mano: algo habla
entre sus dedos, lenguas dulces
lamen la húmeda palma, corren por las falanges,
y arriba está la noche llena de ojos.
que se abren entre sábanas.
Todo se desordena a través de ellos,
todo encuentra su cifra escamoteada;
pero ellos ni siquiera saben
que mientras ruedan en su amarga arena
hay una pausa en la obra de la nada,
el tigre es un jardín que juega.
Amanece en los carros de basura,
empiezan a salir los ciegos,
el ministerio abre sus puertas.
Los amantes rendidos se miran y se tocan
una vez más antes de oler el día.
empiezan a salir los ciegos,
el ministerio abre sus puertas.
Los amantes rendidos se miran y se tocan
una vez más antes de oler el día.
Ya están vestidos, ya se van por la calle.
Y es sólo entonces
cuando están muertos, cuando están vestidos,
que la ciudad los recupera hipócrita
y les impone los deberes cotidianos.
Y es sólo entonces
cuando están muertos, cuando están vestidos,
que la ciudad los recupera hipócrita
y les impone los deberes cotidianos.
¿Qué soy yo sin ésta herida?
Mejor dicho, es la herida conmigo.
Es mi fiel compañera.
Ella me lleva de paseo,
elige los itinerarios,
el momento en que se hace presente.
Ocasionalmente
me deja jugar un rato largo a fingir
que yo tengo el poder
y todo está bien,
y que todo está en su lugar:
la ropa planchada,
el café a la mañana,
la bufanda en invierno,
el sombrero en la cabeza
y los zapatos en los pies,
los peces en el agua,
el cielo arriba,
la tierra abajo,
el diablo en el infierno,
dios en las alturas,
el sueño en las noches,
los domingos hasta las 10 de la mañana,
vivir.
Por supuesto que a veces no me pasa a buscar,
me olvida,
pero siempre vuelve.
¿Qué soy yo sin ésta herida?
Mejor dicho, es la herida conmigo.
Es mi fiel compañera.
Ella me lleva de paseo,
elige los itinerarios,
el momento en que se hace presente.
Ocasionalmente
me deja jugar un rato largo a fingir
que yo tengo el poder
y todo está bien,
y que todo está en su lugar:
la ropa planchada,
el café a la mañana,
la bufanda en invierno,
el sombrero en la cabeza
y los zapatos en los pies,
los peces en el agua,
el cielo arriba,
la tierra abajo,
el diablo en el infierno,
dios en las alturas,
el sueño en las noches,
los domingos hasta las 10 de la mañana,
vivir.
Por supuesto que a veces no me pasa a buscar,
me olvida,
pero siempre vuelve.
¿Qué soy yo sin ésta herida?
No me gustó como te despediste II
Generalmente se presentan dos tipos de situaciones:
las que nos acercan y las que no,
estamos en la segunda categoría.
Mejor que una tercera, la que nos aleja:
las palabras hieren más que un golpe o un agravio físico.
Lo que no decimos lastima aún más,
hincha las gargantas, infecta el alma
y queda colgado en el aire
como telarañas borrosas.
Cada vez más lejos.
Estamos en presencia de la nostalgia aniquiladora.
Por eso, amarte no es dejar de sentir tristeza.
las que nos acercan y las que no,
estamos en la segunda categoría.
Mejor que una tercera, la que nos aleja:
las palabras hieren más que un golpe o un agravio físico.
Lo que no decimos lastima aún más,
hincha las gargantas, infecta el alma
y queda colgado en el aire
como telarañas borrosas.
Cada vez más lejos.
Estamos en presencia de la nostalgia aniquiladora.
Por eso, amarte no es dejar de sentir tristeza.
-Es fácil pasar de la duda a la ternura, es casi un movimiento fatal. Lo he advertido muchas veces. Pero el péndulo vuelve a oscilar, Jamaica John, y ahora vas a dudar mucho más que antes porque te sentís más cerca de mí. Haces mal en ilusionarte, yo estoy tan lejos de todo. Tan lejos que me da asco.
-No, de mí no estas lejos.
-La física es ilusoria, querido mío, una cosa es que vos estés cerca de mí, y otra…Las cintas métricas se hacen pedazos cuando uno pretende medir cosas como estas.
¿Qué esperabas?
prefiero mil veces tu silencio, que esas palabras llenas de nada, vacías de sentido, que esperan por salir, se agolpan en tu garganta, espero que te calles, que llenes mi silencio, sin palabras vacías, que vacíes mi mente, sin decir nada, que te vea venir sabiendo todo, ya lo sé todo, quiero que llenes mi vacío o que vacíes mi alma, mi mente, de pensamientos malintencionados mal-elaborados maléficos malnacidos mal-acabados, llená mi vacío o que tu presencia se ausente de mi vida porque no me estás ayudando, que tu ausencia se presente, se presente en mil formas más que tu presencia, que crezca en mi la esperanza, que renazca la ilusión, aunque solo sea una ilusión, la ilusión de pretender no pensarte cuando te vayas...
¿Qué esperabas?
¿Qué esperabas?
DROGA
Sos peor que una droga, un asesino difuso, tal vez que se ha enquistado en mi pecho y mi voz para inyectarme ficciones. Me he enamorado de un monstruo irreal, dulce fantasma que habita en un bar, por las noches juega a intoxicar corazones en celo. Sos mi terrible adiccion, un personaje que me obnubiló, huele tan rica esa piel voy a caer en tu garra otra vez. Me estas consumiendo, soy un disfraz de mi cuerpo, un esqueleto de fiebre y sudor, nunca me conformo con lamer el plato del silencio ingrato de una despedida gris que está pintarrajeando, el punto final que me hará bajar en picada obligada a olvidar que sos peor que una droga.
Se miran,
se presienten,
se desean,
se acarician,
se besan,
se desnudan,
se respiran,
se acuestan,
se olfatean,
se penetran,
se chupan,
se demudan.
Se adormecen,
se despiertan,
se iluminan,
se codician,
se palpan,
se fascinan,
se mastican,
se gustan,
se babean,
se confunden,
se acoplan,
se disgregan.
Se aletargan,
fallecen,
se reintegran,
se distienden,
se enarcan,
se menean,
se retuercen,
se estiran,
se caldean,
se estrangulan,
se aprietan,
se estremecen.
Se tantean,
se juntan,
desfallecen,
se repelen,
se enervan,
se apetecen,
se acometen,
se enlazan,
se entrechocan,
se agazapan,
se apresan,
se dislocan.
Se perforan,
se incrustan,
se acribillan,
se remachan,
se injertan,
se atornillan,
se desmayan,
reviven,
resplandecen,
se contemplan,
se inflaman,
se enloquecen.
Se derriten,
se sueldan,
se calcinan,
se desgarran,
se muerden,
se asesinan,
resucitan,
se buscan,
se refriegan,
se rehuyen,
se evaden.
Y se entregan.
se desean,
se acarician,
se besan,
se desnudan,
se respiran,
se acuestan,
se olfatean,
se penetran,
se chupan,
se demudan.
Se adormecen,
se despiertan,
se iluminan,
se codician,
se palpan,
se fascinan,
se mastican,
se gustan,
se babean,
se confunden,
se acoplan,
se disgregan.
Se aletargan,
fallecen,
se reintegran,
se distienden,
se enarcan,
se menean,
se retuercen,
se estiran,
se caldean,
se estrangulan,
se aprietan,
se estremecen.
Se tantean,
se juntan,
desfallecen,
se repelen,
se enervan,
se apetecen,
se acometen,
se enlazan,
se entrechocan,
se agazapan,
se apresan,
se dislocan.
Se perforan,
se incrustan,
se acribillan,
se remachan,
se injertan,
se atornillan,
se desmayan,
reviven,
resplandecen,
se contemplan,
se inflaman,
se enloquecen.
Se derriten,
se sueldan,
se calcinan,
se desgarran,
se muerden,
se asesinan,
resucitan,
se buscan,
se refriegan,
se rehuyen,
se evaden.
Y se entregan.
Mayo se fue
Con Mayo se fue una gran parte de mi
Se fueron
Tu amor incondicional
Tus buñuelos de limón
Mi última chance de leerle algo a alguien y que me prestara atención
(o por lo menos pretender que lo hacías)
Con Mayo se fueron tus visitas
se fueron los jugos Baggio y los Flynn Paff
Se fueron los fines de semana en tu casa
las facturas que me comprabas a la mañana
tu mate cocido
Se fueron tus piquitos
tus anteojos
los pulóveres que te robaba
tu luz
Se fueron las películas que mirábamos
el sonido
el color
todo se fue
te fuiste en Mayo
y en Mayo se murió un pedazo de mi corazón
Se fueron
Tu amor incondicional
Tus buñuelos de limón
Mi última chance de leerle algo a alguien y que me prestara atención
(o por lo menos pretender que lo hacías)
Con Mayo se fueron tus visitas
se fueron los jugos Baggio y los Flynn Paff
Se fueron los fines de semana en tu casa
las facturas que me comprabas a la mañana
tu mate cocido
Se fueron tus piquitos
tus anteojos
los pulóveres que te robaba
tu luz
Se fueron las películas que mirábamos
el sonido
el color
todo se fue
te fuiste en Mayo
y en Mayo se murió un pedazo de mi corazón
sos peor que una droga
Tu risa, ella sola
No puedo cambiar
Tren perdido
Eterna incertidumbre
Golpea la puerta
de mi conciencia
El tren perdido
Tu risa, ella sola
Irrumpe.
Mis manos
tienen hambre
de tu piel.
Tierna idiotez.
Serenidad.
Ojos dilatados
Claros
Ya no recuerdo el color
o nunca lo vi
mirándome con una
arrogante intensidad,
una pluma en el aire fragante,
esperando.
Reparar en lo absurdo.
TU RISA, ELLA SOLA.
(Des)Amor.
Todo está arreglado.
No puedo cambiar
Tren perdido
Eterna incertidumbre
Golpea la puerta
de mi conciencia
El tren perdido
Tu risa, ella sola
Irrumpe.
Mis manos
tienen hambre
de tu piel.
Tierna idiotez.
Serenidad.
Ojos dilatados
Claros
Ya no recuerdo el color
o nunca lo vi
mirándome con una
arrogante intensidad,
una pluma en el aire fragante,
esperando.
Reparar en lo absurdo.
TU RISA, ELLA SOLA.
(Des)Amor.
Todo está arreglado.
Solo por hoy
Ya sé que dijiste que no podés vivir sin mi
Y que cada noche pensás en mi
No podrías importarme menos
Y como amo el sonido tuyo alejándote
Puedo ver claramente y me estoy acercando
a saber quién soy en verdad sin vos en mi camino.
Así que quedate conmigo
Pero sólo por hoy.
Y que cada noche pensás en mi
No podrías importarme menos
Y como amo el sonido tuyo alejándote
Puedo ver claramente y me estoy acercando
a saber quién soy en verdad sin vos en mi camino.
Así que quedate conmigo
Pero sólo por hoy.
Mendigando afecto
te cortarías una mano para que alguien la levante, alguien la toque. Pero la levantarían con una pala. Seguro que sí.
Profundo como un charco
Recuerdo su voz pero no de lo que hablábamos.
Tuve que perderte para siempre para poder encontrarte.
Tuve que perderte para siempre para poder encontrarte.
Tu luz
No te metería en un frasco ni en una jaula.
Haría de todo para que fueras libre como el viento
porque así me gustás más.
Y le diría al sol que dejara de brillar
porque yo solo necesito tu luz.
Y aunque no te tenga, y no formes parte de mi estúpida posesión, me conformo con saber que existís.
Haría de todo para que fueras libre como el viento
porque así me gustás más.
Y le diría al sol que dejara de brillar
porque yo solo necesito tu luz.
Y aunque no te tenga, y no formes parte de mi estúpida posesión, me conformo con saber que existís.
Los pelos de los ojos
me despiertes.
+
"Al cabo de los años he observado que la belleza, como la felicidad, es frecuente. No pasa un día en que no estemos, UN INSTANTE EN EL PARAÍSO."
-
"IGNORO EL TIEMPO que debí caminar bajo tierra."
Soy muy egoísta
quiero tenerte acá conmigo, vieja.. ¿cómo pudiste irte así sin despedirte? Todavía no puedo creer, tan rápido fue todo. Si reconocer que soy egoísta te traería de vuelta, lo reconocería mil veces y mil veces más. Duele tanto :(
¿Quién hace reír al payaso?
¿Y quién me hace llorar a mi?
Tu ausencia se hace presente en mi como agujas en la espalda
Qué irónico que un payaso te haga llorar
y que vos me hagas reír
¿Quién sabe?
Vos no, seguramente, no sabés.
Pero es tarde ya.
Y las agujas se clavan, despacito, hasta cierto punto
en que no puedo fingir
que el cielo azul,
que nos cobija,
que estamos debajo de él y que no
es lo único que compartimos vos y yo
Eso, y que soy perfecta:
LA MUERTE DEL PAYASO.
La Máquina - Eduardo Galeano
-Tengo frío.
-Ponete así. Me gusta tenerte así.
-Ponete así. Me gusta tenerte así.
-La pierna. Acá. Así.
-¿Estás bien?
-¿Y vos?
-Muy.
-Ah.
-¿De qué te reís?
-Para mí, fue una sorpresa. Quiero decir: después. Me parecía increíble que el mundo no hubiera cambiado. Me miré al espejo y yo tampoco había cambiado y me mordía los labios. Quise estudiar y no pude. Quise estar con mis amigas y no pude. Quise escribir cartas, quise trabajar. Quise dormir y tampoco pude.
-¿De eso te reís?
-No me bañé. Tenía tu olor en todo el cuerpo.
-¿De eso?
-No, no. Después te digo.
-Ahora.
-No, después.
-No me interesa.
-Entonces te lo digo. Lo bien que me caés. Eso.
-¿Eso? ¿Y entonces yo?
-¿Qué?
-Mucho más que eso. Contigo no siento miedo de nada.
-Mirá que no soy una santa. Me como las uñas. Te advierto.
-El miedo es una porquería.
-Y sí. Pero, ¿quién no siente miedo?
-¿Vos sentís?
-No tires ahí la… No seas chancho.
-¿Miedo de qué? ¿De que estemos así, como estamos?
-No sé. O sí sé. Siento, como cualquiera.
-Pero juntos, no. Juntos estamos a salvo. Al miedo lo ponemos bajo la suela del zapato y crash: lo aplastamos como a una porquería.
-Oigamé, Pirata. Prometamé, Pirata.
-La escucho. Prometo.
-¿En serio?
-Sí.
-Nunca vamos a dejar que esto se pudra. ¿Eh? No vamos a permitir nunca que esto se pudra.
-¿Nada más que eso? Es fácil.
-No.
-¿No qué?
-No es nada fácil.
-Si usted lo dice.
-Y nunca nos vamos a lastimar. ¿Nos prometemos eso? Es peligroso.
-¿Dejar el cuero en el alambrado?
-Algo así. Puede ser.
-Tanta alegría. Es un regalo. ¿Por qué nos vamos a joder? No me gusta que te pongas solemne.
-¿Qué hora es? Uy, hace dieciocho horas que estamos por levantarnos.
-Nos vamos a enfermar.
-Tendríamos que levantarnos.
-Nos vamos a evaporar.
-¿No íbamos a ir al cine?
-¿Cuándo fue eso? ¿Ayer? ¿Anteayer?
-¿No ibamos a bajar a comer?
-Sí. Tendríamos que levantarnos.
-Esto es mejor que Buster Keaton.
-Esto es mejor que todo.
-No hay nada que…
-Ponete así. Así. Me gusta dormir así.
-Vas a dormir.
-No. Zonzo. Quiero que te quedes. Quedate. Quiero.
-Yo también quiero. Cuando era chico, me alcanzaba con querer una cosa con muchas ganas, para que ocurriera. Cerraba los ojos, pensaba con todas mis fuerzas en eso que quería y zácale: ocurría.
-Cuándo yo era chica, lo que quería era un telescopio.
-¿Uno de esos grandes, que usan los astrónomos?
-Uno enorme. Yo lo había visto en el museo. Como no tenía telescopio, siempre me parecia que se había escapado alguna estrella.
-¿Y eso te importaba?
-Vivía deseando que se viniera la guerra. Una guerra bien grande, para mezclarme con los japoneses y robarme el telescopio. Alguien iba a romper los vidrios a patadas y yo iba a aprovechar y me iba a escapar corriendo con el telescopio entre los brazos. Pero solita no me animaba.
-Hubieras probado.
-¿Y vos?
-¿Yo? Yo era católico, cuando chico.
-¿Como es creer en Dios Mariano? Nunca creí.
-Como creer en la revolución, me imagino. Te da la misma alegría y la misma sensación de no estar solo. Cuando era chico, yo no sentía miedo nunca. Pero un buen día… No, nada.
-Me gusta escucharte.
-Nada.
-Andá, no seas malo.
-Dame un cigarrillo.
-Esperá, no apagues.
-Quiero decir que un buen día lo buscás y no está. Quiero decir: perdés a Dios como se pierde una cosa. Algo que se cae del bolsillo. Como se pierde un encendedor, así.
-Para mí, Dios era un señor de barba que metía miedo a los demás.
-Para mí no.
-Ya veo.
-Era mucho más que eso, para mí. Todavía no sé con qué se rellena ese agujero.
-Ahora es usted el que se puso solemne, Pirata.
-Puede ser, perdona.
-Pero… Mariano. Estás triste. Te vino la tristeza.
-No.
-¿No qué?
-No estoy triste.
-Sí estás.
-Sí. Estoy.
-No hay que hablar tanto.
-No.
-Uno no debería.
-Se arruina todo por culpa de las palabras.
-Sí.
-Mirá.
-¿Qué?
-Los pájaros, en la ventana.
-Hace rato que vienen pasando.
-Se va a venir tormenta, me parece, y nos vamos a mojar.
-Sí. Al irnos, nos vamos a mojar.
Cuando estoy, cuando me voy, cuando me fui
A veces el camino se ilumina
se muestra tan claro
es fácil saber hacia donde ir
sea lo que sea
así deberá ser
de cualquier forma va a pasar
Querido destino: si no es para mi no me lo pongas en el camino.
se muestra tan claro
es fácil saber hacia donde ir
sea lo que sea
así deberá ser
de cualquier forma va a pasar
Querido destino: si no es para mi no me lo pongas en el camino.
¿Quién podría haberlo escrito mejor?
La tarea de ablandar el ladrillo todos los días, la tarea de abrirse paso entre la masa pegajosa que se proclama mundo, cada mañana topar con el paralelepípedo de nombre repugnante, con la satisfacción perruna de que todo esté en su sitio, la misma mujer al lado, los mismos zapatos, el mismo sabor de la misma pasta dentífrica, la misma tristeza de las casas de enfrente, del sucio tablero de ventanas de tiempo con su letrero "Hotel de Belgique".
Meter la cabeza como un toro desganado contra la masa transparente en cuyo centro tomamos café con leche y abrimos el diario para saber lo que ocurrió en cualquiera de los rincones del ladrillo de cristal. Negarse a que el acto delicado de girar el picaporte, ese acto por el cual todo podría transformarse, se cumpla con la fría eficacia de un reflejo cotidiano. Hasta luego, querida. Que te vaya bien.
Apretar una cucharita entre los dedos y sentir su latido de metal, su advertencia sospechosa. Cómo duele negar una cucharita, negar una puerta, negar todo lo que el hábito lame hasta darle suavidad satisfactoria. Tanto más simple aceptar la fácil solicitud de la cuchara, emplearla para revolver el café.
Y no que esté mal que las cosas nos encuentren otra vez cada día y son las mismas. Que a nuestro lado haya la misma mujer, el mismo reloj, y que la novela abierta sobre la mesa eche a andar otra vez en la bicicleta de nuestros anteojos, ¿por qué estaría mal? Pero como un toro triste hay que agachar la cabeza, del centro del ladrillo de cristal empujar hacia afuera, hacia lo otro tan cerca de nosotros, inasible como el picador tan cerca del toro. Castigarse los ojos mirando eso que anda por el cielo y acepta taimadamente su nombre de nube, su réplica catalogada en la memoria. No creas que el teléfono va a darte los números que buscas. ¿Por qué te los daría? Solamente vendrá lo que tienes preparado y resuelto, el triste reflejo de tu esperanza, ese mono que se rasca sobre una mesa y tiembla de frío. Rómpele la cabeza a ese mono, corre desde el centro hacia la pared y ábrete paso. ¡Oh, cómo cantan en el piso de arriba! Hay un piso de arriba en esta casa, con otras gentes. Hay un piso de arriba donde vive gente que no sospecha su piso de abajo, y estamos todos en el ladrillo de cristal. Y si de pronto una polilla se para al borde de un lápiz y late como un fuego ceniciento, mirala, yo la estoy mirando, estoy palpando su corazón pequeñísimo, y la oigo, esa polilla resuena en la pasta de cristal congelado, no todo está perdido. Cuando abra la puerta y me asome a la escalera, sabré que abajo empieza la calle; no el molde ya aceptado, no las casas ya sabidas, no el hotel de enfrente: la calle, la viva floresta donde cada instante puede arrojarse sobre mí como una magnolia, donde las caras van a nacer cuando las mire, cuando avance un poco más, cuando con los codos y las pestañas y las uñas me rompa minuciosamente contra la pasta del ladrillo de cristal, y juegue mi vida mientras avanzo paso a paso para ir a comprar el diario a la esquina.
Julio Cortázar
Meter la cabeza como un toro desganado contra la masa transparente en cuyo centro tomamos café con leche y abrimos el diario para saber lo que ocurrió en cualquiera de los rincones del ladrillo de cristal. Negarse a que el acto delicado de girar el picaporte, ese acto por el cual todo podría transformarse, se cumpla con la fría eficacia de un reflejo cotidiano. Hasta luego, querida. Que te vaya bien.
Apretar una cucharita entre los dedos y sentir su latido de metal, su advertencia sospechosa. Cómo duele negar una cucharita, negar una puerta, negar todo lo que el hábito lame hasta darle suavidad satisfactoria. Tanto más simple aceptar la fácil solicitud de la cuchara, emplearla para revolver el café.
Y no que esté mal que las cosas nos encuentren otra vez cada día y son las mismas. Que a nuestro lado haya la misma mujer, el mismo reloj, y que la novela abierta sobre la mesa eche a andar otra vez en la bicicleta de nuestros anteojos, ¿por qué estaría mal? Pero como un toro triste hay que agachar la cabeza, del centro del ladrillo de cristal empujar hacia afuera, hacia lo otro tan cerca de nosotros, inasible como el picador tan cerca del toro. Castigarse los ojos mirando eso que anda por el cielo y acepta taimadamente su nombre de nube, su réplica catalogada en la memoria. No creas que el teléfono va a darte los números que buscas. ¿Por qué te los daría? Solamente vendrá lo que tienes preparado y resuelto, el triste reflejo de tu esperanza, ese mono que se rasca sobre una mesa y tiembla de frío. Rómpele la cabeza a ese mono, corre desde el centro hacia la pared y ábrete paso. ¡Oh, cómo cantan en el piso de arriba! Hay un piso de arriba en esta casa, con otras gentes. Hay un piso de arriba donde vive gente que no sospecha su piso de abajo, y estamos todos en el ladrillo de cristal. Y si de pronto una polilla se para al borde de un lápiz y late como un fuego ceniciento, mirala, yo la estoy mirando, estoy palpando su corazón pequeñísimo, y la oigo, esa polilla resuena en la pasta de cristal congelado, no todo está perdido. Cuando abra la puerta y me asome a la escalera, sabré que abajo empieza la calle; no el molde ya aceptado, no las casas ya sabidas, no el hotel de enfrente: la calle, la viva floresta donde cada instante puede arrojarse sobre mí como una magnolia, donde las caras van a nacer cuando las mire, cuando avance un poco más, cuando con los codos y las pestañas y las uñas me rompa minuciosamente contra la pasta del ladrillo de cristal, y juegue mi vida mientras avanzo paso a paso para ir a comprar el diario a la esquina.
Julio Cortázar
Pequeño dragón
El mundo es así,
va subiendo y bajando
y no deja de rodar.
Resuena cual cristal
que quebradizo es.
Por dentro está vacío.
Mucho brilla aquí,
y allí aún más.
Estoy lleno de vida.
Hijo de mi amor,
ten cuidado con él.
Al final morirás.
El mundo es de barro,
se pulverizará.
va subiendo y bajando
y no deja de rodar.
Resuena cual cristal
que quebradizo es.
Por dentro está vacío.
Mucho brilla aquí,
y allí aún más.
Estoy lleno de vida.
Hijo de mi amor,
ten cuidado con él.
Al final morirás.
El mundo es de barro,
se pulverizará.
No sé cómo empezar...
-Hay cosas que no deberían cambiar, cosas que uno debería poder meter en una de esas vitrinas de cristal y dejarlas allí tranquilas.
-Y hay cosas que son como espinas que se te clavan en la piel. Y duelen muchísimo cuando te las sacas, y en el momento pensás que es mejor dejarlas ahí, tranquilas... pero una vez que te la arrancás y te das cuenta que un segundo de dolor valió la pena porque ya te sentís bien, empezás a entender muchas cosas.
Gracias :)
-Y hay cosas que son como espinas que se te clavan en la piel. Y duelen muchísimo cuando te las sacas, y en el momento pensás que es mejor dejarlas ahí, tranquilas... pero una vez que te la arrancás y te das cuenta que un segundo de dolor valió la pena porque ya te sentís bien, empezás a entender muchas cosas.
Gracias :)
Perdida y con mucho tiempo
Yo sé que no puedo darte algo más que un par de promesas vacías que no cumpliré.
Lección para aprender. Anoten en sus casas. No esperes que llore, no esperes que mienta, no esperes que muera por vos. No sé. Tal vez es porque me siento un poco triste, o sola o porque es domingo. Mañana: nada voy a esperar de vos. Todos los días tristemente son iguales. Ya nunca he de morir de tristeza. Besame. Voy a pretender que eso es lo que quiero de vos.
¿De dónde saco la fortaleza?
¿Del sombrero?
Loco, ¿qué carajo!
Tal vez es por la lluvia.
O porque me siento triste y sola.
O porque inútilmente pienso en vos.
O tal vez sea porque la voz de tus ojos es más poderosa que mil huracanes.
El único momento que te extraño es cada día del resto de mi vida.
Lección para aprender. Anoten en sus casas. No esperes que llore, no esperes que mienta, no esperes que muera por vos. No sé. Tal vez es porque me siento un poco triste, o sola o porque es domingo. Mañana: nada voy a esperar de vos. Todos los días tristemente son iguales. Ya nunca he de morir de tristeza. Besame. Voy a pretender que eso es lo que quiero de vos.
¿De dónde saco la fortaleza?
¿Del sombrero?
Loco, ¿qué carajo!
Tal vez es por la lluvia.
O porque me siento triste y sola.
O porque inútilmente pienso en vos.
O tal vez sea porque la voz de tus ojos es más poderosa que mil huracanes.
El único momento que te extraño es cada día del resto de mi vida.
Acuarela
Destinada a vagar en soledad.
Una simple pregunta.
Con una respuesta que no dará felicidad.
¿Buscamos la libertad o la felicidad?
La ignorancia brinda felicidad.
El conocimiento, libertad.
Entonces sabemos realmente ¿qué carajo?
Hablamos todos los días hasta hartarnos,
Entonces ¿nos comunicamos?
Ya no te han de callar
Pero, ¿realmente decís algo?
Comemos sin satisfacción,
Insatisfacción crónica.
Nos miramos en silencio
sin saber
¿qué te expreso?
¿mi vacío?
En ese entonces nos damos cuenta que nada tiene sentido.
Creéme.
La soledad enseña cosas.
Que anestesiados con la tonta compañía.
No queremos admitir.
Una simple pregunta.
Con una respuesta que no dará felicidad.
¿Buscamos la libertad o la felicidad?
La ignorancia brinda felicidad.
El conocimiento, libertad.
Entonces sabemos realmente ¿qué carajo?
Hablamos todos los días hasta hartarnos,
Entonces ¿nos comunicamos?
Ya no te han de callar
Pero, ¿realmente decís algo?
Comemos sin satisfacción,
Insatisfacción crónica.
Nos miramos en silencio
sin saber
¿qué te expreso?
¿mi vacío?
En ese entonces nos damos cuenta que nada tiene sentido.
Creéme.
La soledad enseña cosas.
Que anestesiados con la tonta compañía.
No queremos admitir.
7 locos.
Odio no, porque nunca podemos odiar a las personas que sabemos son capaces de hacer exactamente las mismas canalladas que nosotros.
Aparentemente somos todo eso, pero en el fondo, adentro, más abajo de nuestra conciencia y de nuestros pensamientos hay otra vida más poderosa y enorme... y si soportamos todo eso es porque creemos que soportando o procediendo como lo hacemos llegaremos por fin hasta la verdad, es decir, a la verdad de nosotros mismos.
Tiene relieve, se mueve, parace que existe, que sufre y, sin embargo, no es nada más que una sombra. Y cuando me digo todas estas cosas no estoy triste, sino que el alma se me queda en silencio, la cabeza en vacío.
¡Ah!, y perder un sueño es casi como perder una fortuna.
¿Qué digo? Es peor. Hay que ser fuerte, es la única verdad.
Usted dirá que razono mi odio. Cómo no razonarlo. Si tengo la impresión de que vivo soñando. Hasta me doy cuenta de que hablo tanto para convencerme de que no estoy muerto, no por lo sucedido sino por el estado en que lo deja un hecho así. Es igual que la piel después de una quemadura. Se cura ¿pero vio usted cómo queda?, arrugada, tensa, seca, brillante. Así le queda el alma a uno. Y el brillo que a momentos se refleja le quema los ojos. Y las arrugas que tiene le repugnan. Usted sabe que lleva en su interior un monstruo que en cualquier momento se desatará y no sabe en qué dirección.
Y era inútil que desde allí intentara mover las manos para alcanzar el sol que estaba más arriba.
Aparentemente somos todo eso, pero en el fondo, adentro, más abajo de nuestra conciencia y de nuestros pensamientos hay otra vida más poderosa y enorme... y si soportamos todo eso es porque creemos que soportando o procediendo como lo hacemos llegaremos por fin hasta la verdad, es decir, a la verdad de nosotros mismos.
Tiene relieve, se mueve, parace que existe, que sufre y, sin embargo, no es nada más que una sombra. Y cuando me digo todas estas cosas no estoy triste, sino que el alma se me queda en silencio, la cabeza en vacío.
¡Ah!, y perder un sueño es casi como perder una fortuna.
¿Qué digo? Es peor. Hay que ser fuerte, es la única verdad.
Usted dirá que razono mi odio. Cómo no razonarlo. Si tengo la impresión de que vivo soñando. Hasta me doy cuenta de que hablo tanto para convencerme de que no estoy muerto, no por lo sucedido sino por el estado en que lo deja un hecho así. Es igual que la piel después de una quemadura. Se cura ¿pero vio usted cómo queda?, arrugada, tensa, seca, brillante. Así le queda el alma a uno. Y el brillo que a momentos se refleja le quema los ojos. Y las arrugas que tiene le repugnan. Usted sabe que lleva en su interior un monstruo que en cualquier momento se desatará y no sabe en qué dirección.
Y era inútil que desde allí intentara mover las manos para alcanzar el sol que estaba más arriba.
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