Un sólo centímetro cúbico cura diez sentimientos melancólicos.



Tiempo de cerezas

Tus labios y tus pechos son un panal de angustia
y tu vientre maduro es un racimo de uvas colgado
del parrón colosal de la muerte. Como un perro
amarillo te siguen los otoños y, ceñida de dioses
fluviales y astronómicos, eres la eternidad en la gota
del espanto.

Todas la cosas van siguiendo mis pisadas, ladrando
desesperadas, y yo voy muerto andando.

Llegas desde la orilla de las congojas sumas
con la cara trizada de eternidad y cantos.
Sé que todos los barcos que emigran van a fondear
en tu corazón.

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